Hubo circunstancias distintas a las de otras finales pero ganó el mismo de siempre. Real Madrid se consagra como el mejor equipo del mundo al vencer claramente a Liverpool por 3 a 1. Mohamed Salah lesionado, dos goles «regalados» por el golero Loris Karius aparecen como los argumentos de quienes insisten en que los merengues ganan de manera inmerecida. Pero esta vez, el cuestionamiento está demás.
Con un equipo que brilló desde Keylor Navas hasta Gareth Bale -que ingresó y anotó el mejor gol del torneo y se cuadró con dos goles definitivos-, con niveles individuales brillantes como Sergio Ramos, Casemiro, Modric y Benzema, con un técnico como Zidenine Zidane que ganó ocho trofeos en el Madrid y tres «Orejonas» seguidas como entrenador, Real Madrid hizo historia.
Tres Champions seguidas, cuatro en cinco años, en la era de la Champions League más exigente que se ha visto, con Messi, y otros tantos otros, enfrente. Un equipo que hoy puede presumir de ser el mejor Madrid de la historia. Su nueva coronación en Kiev le instala en lo más alto de la leyenda del fútbol europeo.
Muchos aseguran que fue fundamental lo que pasó en la media hora, tras la infracción -mitad trampa, mitad astucia de Sergio Ramos- no sancionada por el árbitro serbio Milorad Mazic, que provocó una luxación y salida de la cancha de la figura de «Los Reds» Mohamed Salah. Un golpe piscológico para un equipo que se metió atrás y soportó el cero.
Pero en la segunda parte, un grosero error en un saque del portero Karius provocó que Benzema le robara el balón y pusiera el 1 a 0. Y allí se suponía que el partido estaba cerrado. Sin embargo, una pelota parada provocó el empate en la única falla defensiva del Madrid. Mané puso el 1 a 1 pero fue lo único. No harían más por ganar el partido.
Porque el golpe de nocaut llegó desde la banca. Marcelo se proyectó por su banda y metió un centro que el galés Gareth Bale definió con una chilena tan notable como la CR7 a Juventus. Y con eso desequilibró.
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Cuando se esperaba el final, otra vez Bale probó de distancia y nuevamente Karius dudó de manera grosera. 3 a 1 y final para un partido que, más allá de los pormenores, fue superior para el que terminó ganando. Indiscutido. Un equipo de leyenda…