Todavía es un tema que no tiene resolución definitiva. Pero una buena forma de forzar un fallo -que se mantiene pendiente tras los alegatos de la semana pasada en Zurich- era mandar al jugador a una cancha una vez cumplidos los seis meses de suspensión, hasta ahora, el único castigo oficial que pesaba sobre el astro peruano Paolo Guerrero.
Una estrategia que su club, el Flamengo de Brasil llevo a cabo a la perfección hace un día, cuando el «Emperador» volvió a defender la camiseta rojinegra, en medio de una ovación de la hinchada cuando ingresó en los ’60 minutos en reemplazo de Henrique Dourado en un juego por el Brasileirao, en el estadio Maracaná.
Siete minutos más tarde de su ingreso, Paolo Guerrero pudo marcar. Fue a través de un tiro libre para Flamengo. Lleno de confianza, el goleador tomó la pelota para ejecutar la falta. El ‘9’ del Flamengo le pegó de derecha y, a pesar de que estaba algo lejos del arco rival, el balón pasó cerca del poste derecho.
La última vez que Guerrero jugó fue en el 4 a 1 sobre Bahía, por el mismo torneo, en octubre del año pasado.
Sin embargo, su situación sigue en espera, ya que la FIFA pidió una sanción de un año para el futbolista, luego de que el control antidoping realizado tras el partido ante Argentina el 5 de octubre pasado por las eliminatorias al Mundial de Rusia 2018 arrojara un ‘resultado analítico adverso’ por la presencia de benzoilecgonina, principal metabolito de la cocaína y la hoja de coca.
La sanción de seis meses terminó este mes, por lo que el jugador ya estaba habilitado para regresar a las canchas, sin embargo, ahora tendrá que esperar la decisión final que tome el TAS, la cual si es adversa lo sentenciará a perderse el Mundial de Rusia que inicia el 16 de junio.
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