Luego de tres años del ataque de cinco futbolistas que le provocaron la muerte a un juez de línea, la Federación Holandesa de Fútbol (KNVB) determinó expulsar de por vida a cuatro de ellos, el restante sólo recibió cinco años de suspensión porque admitió su responsabilidad y manifestó arrepentimiento.
En 2012, el juez de línea Richard Nieuwenhuizen -de 41 años- dirigía un encuentro de divisiones juveniles entre Buitenboys y Amsterdam Nieuw Sloten, cuando de pronto fue atacado por cinco jugadores del cuadro visitante (y el padre de uno de ellos) al finalizar el partido. Los futbolistas, de entre 15 y 17 años, le habían pegado una patada en la cabeza y cuatro en el abdómen.
Nieuwenhuizen logró caminar por sus propios medios hasta el buffet del club. Allí se descompuso y tuvo que ser trasladado a un hospital, donde falleció al día siguiente. «Este trágico incidente queda para siempre como parte del fútbol holandés. Trabajemos para que algo así nunca vuelva a suceder», dijo Jan Dirk van der Zee, el director de la sección no profesional de la KNVB.
Los jóvenes ya habían sido condenados en 2013 a dos años de prisión y el padre de uno de ellos a seis.