Subirse a una antena de radio a 200 de altura es una cosa, lanzarse desde ella es otro asunto… y hacerlo dando hasta nueve vueltas en el aire es aún otro asunto más espinoso. Eso es precisamente lo que hicieron los especialistas en salto BASE JT Holmes y Mark Broderick, en un escalofriante (pero estimulante) video grabado con una GoPro.
La proeza tuvo lugar en el desierto al norte de Nevada, en Estados Unidos. La estructura desde la que saltan los dos valientes es una enorme torre vertical, cuyo nombre técnico es “transmisor de radiodifusión no direccional” o “NDB”, por sus siglas en inglés. Algunos le dirán radiofaro. Lo que importa es el riesgo, y a la vez la profesionalidad con la que estos caballeros hacen de un peligro un divertimento pasajero.
Este tipo de torres se han usado durante años para ayudar a la navegación aérea antes de la llegada de los sistemas de posicionamiento por satélite. Son quizás un objeto del pasado, que ahora se resignifica gracias a los deportes extremos. ¡No lo intenten en sus casas, amigos! O en ninguna de las antenas de radio cercanas a ellas. Los radiofaros más potentes pueden llegar a medir más de 200 metros de altura; la mayor parte están ya en desuso, y tan solo sirven de trampolín a locos de la adrenalina como Holmes y Broderick. ¡De tripas corazón!
via Buendiario