Ronald Acuña barrió a los Rojos con su talento

El esperado debut de Ronald Acuña Jr. cumplió con creces las expectativas que ha despertado desde que se unió al beisbol organizado de Estados Unidos en 2015. En su primer partido con los Bravos de Atlanta el jardinero de apenas 20 años demostró su enorme talento y justificó todas las proyecciones que lo califican como el segundo mejor novato de las Grandes Ligas.

Acuña disparó el miércoles un sencillo en cinco veces al bate como jardinero izquierdo del equipo y anotó la rayita de igualar el juego a cuatro carreras ante los Rojos de Cincinnati. En ese turno hizo una exhibición de la rapidez de sus piernas al avanzar desde la primera almohadilla hasta la tercera base con una carrera de gacela en la que se movió a un ritmo de 9 kilómetros por segundo.

Atlanta se llevó el triunfo 5-4 ante los Rojos en el primer encuentro de Acuña, quien se convirtió en el pelotero de menos edad en iniciar este año en las mayores.

“Solo voy a dar mi mejor esfuerzo y a dejarlo todo en el terreno. Veo mi llegada como si fuera otro juego de las menores, pero en el nivel de las mayores”, analizó Acuña con humildad su desempeño en el primer choque de su carrera en las Mayores, en la que debutó con el número 13 en la espalda, un dígito que en Estados Unidos está asociado a la mala fortuna, pero que tiene una enorme tradición y gran significado para los peloteros venezolanos.

El dorsal está adosado a los campocortos estelares que ha producido el país. David Concepción, uno de los mejores infielders de los años setenta y ochenta, quien jugó 19 temporadas consecutivas con la apodada “maquinaria” de los Rojos de Cincinnati y buque insignia de los Tigres de Aragua en Venezuela, fue el primero en popularizar el número. Luego, en honor al “Rey” David, otras estrellas de la posición como Oswaldo Guillén y Omar Vizquel eligieron el mismo número.

La buena fortuna siempre acompañó a estos jugadores que llevaron el 13 en la espalda, y en el caso de Acuña también le está sonriendo con los Bravos de Atlanta. En su segundo juego disputado este jueves, Acuña sacó a relucir otra de sus cinco herramientas: poder al bate.

En la segunda entrada del choque ante los mismos Rojos, el novato disparó su primer jonrón al soltar un soberbio batazo que salió disparado a 168 kilómetros por horas y recorrió 127 metros por el jardín izquierdo del estadio America Ball Park en Cincinnati.

En el octavo capítulo, Acuña enseñó que también puede batear hacia la mano contraria, otra de las habilidades que lo hacen tan valioso. Soltó un doble hacia el jardín derecho que remolcó a Freddie Freeman y luego pisó el plato con sencillo de su compañero Dansby Swanson.

Atlanta se llevó el triunfo 7-4 para barrer la serie de dos partidos en Cincinnati, y en ambos juegos Acuña fue clave con sus piernas y el poder de su bate. La nueva estrella del beisbol venezolano comienza a alumbrar en el firmamento.