El escandaloso final del torneo, con Colo Colo sin poder levantar la copa en cancha, con hinchas dentro del campo impidiendo la realización de la final en Valparaíso y con un medio en general ignorante que pide la salida de José Roa, director de Estadio Seguro, en vez de apuntar a los verdaderos responsables de la crisis, los clubes -que sustentan a las barras bravas en total bajo el anonimato del sistema- generó las mismas reacciones de siempre, incluyendo la torpe moción de jugar los partidos de alta convocatoria sin hinchada visitante proveniente desde el gobierno.
Sin embargo, lo más triste es la reacción de los propíos afectados, los futbolistas y técnicos que querían ganarse en cancha el derecho a la vuelta olímpica. Uno de ellos, el entrenador albo José Luis Sierra lamentó la situación y pese a haber levantado el título 31 con los albos declaró que «uno se pone triste porque hemos luchado un semestre para llegar con las primeras opciones y es lamentable que por los incidentes no se juegue. Es triste y el gran perdedor es el fútbol».
Sierra sabe que la final perdió todo atractivo por culpa de un grupo de hinchas que llega a los estadios con beneplácito de los clubes. «No sé que va a pasar, no sé si se jugará, pero a mi me queda mucho sentimiento de tristeza porque el fútbol no merece algo así. En estos momentos el resultado de Católica me da exactamente lo mismo», dijo el entrenadar albo
Por su parte, el arquero Justo Villar fue más crítico con los antisociales que entraron a la cancha, los mismos que él intentó persuadir sin conseguir resultados. «Hoy lamentablemente ganó la violencia. Lo de hoy ha sido algo repudiable, pero como se está dando todo y no había seguridad para nadie, lo mejor era suspender el partido», dijo el golero, agregando que «quizás esto se pudo haber prevenido, pero ya es tarde, lo que para todos era una fiesta hoy terminó en verdadero caos. Lo que tocó ver fue impresionante, un grado de violencia que nunca había visto de parte de barrista en una cancha», cerró.