Los temporales en la Segunda región generaron drama, fallecidos, damnificados y varios días en estado de emergencia. Y en ellos se pudo conocer historias de fortaleza y solidaridad, como la del joven jugador de Cobreloa, Nicolás Zamora, parte de la juvenil de ese equipo que participó como rescatista en la zona de conflicto.
“Nosotros veníamos acá con la misión de encontrar a una víctima, una mujer mayor. Hemos visto de todo, hasta víctimas fatales. Eso es fuerte, no se te olvida pero uno no tiene tiempo de absorber el sufrimiento que ve. Apoya en lo que puede, ayuda a la gente a sacar el barro de sus casas, trabaja y trabaja con tres horas de sueño no para salir en la tele sino que para ayudar. Me quedo con la alegría de las personas, con el agradecimiento. Cuando nos íbamos había gente reunida para aplaudirnos, sacarse fotos. Para agradecer. Y uno se siente pagado”, contó el delantero a El Mercurio de Calama.
Zamora agregó que «empezábamos turnos a las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde y después empezábamos a las ocho de la noche y seguíamos hasta las tres de la madrugada. Uno come poco pero no te da hambre si ves a niños de seis años en la calle, embarrados y sin ropa. Eso te duele pero te da mucha energía para seguir”.
Una historia que refleja que en el fútbol también hay gente muy solidaria.