Un curioso epílogo tuvo el partido entre el Kilmarnock y el Dundee, de la primera división escocesa, tras lo protagonizado por el árbitro y su asistente, durante los primeros 45 minutos.
El mediocampista Jordan Jones se disponía a patear un tiro de esquina cuando McWilliam comenzó a vomitar al costado de la línea de meta. El colegiado notó su malestar y causó las risas de todo el Rugby Park tras sacarle la cartulina roja.
El juez de línea había mostrado cierta indisposición durante los primeros minutos del encuentro, pero fue a mitad del primer tiempo cuando no pudo contenerse y comenzó a regurgitar.
«Probablemente estaba viendo nuestra actuación», supuso el delantero del Kilmarnock Kris Boyd después de ser parte de la derrota de su equipo por 1-0, y agregó: «No hemos ganado dos partidos seguidos durante 14 o 15 meses».
El Celtic es el campeón de la Primera División de Escocia a tres fechas del final. Mientras tanto, el Kilmarnock y el Dundee ocupan el octavo y noveno lugar consecutivamente.