Va en baja. No es querido y por lo mismo, el polémico experto en jiu-jitsu y luchador más odiado del mundo de las artes marciales mixtas. Rousimar Palhares sufrió una derrota contundente, una que fue celebrada por su antagonistas y críticos.
El peleador, quien fue suspendido durante dos años debido a su conducta antideportiva al negarse a parar un kimura ante Jake Shields en WSOF 22, esta vez no tuvo suerte y sufrió una de las derrotas más duras de su carrera a manos de Aliaskhab Khizriev (10-0) en tan sólo 58 segundos del Fight Nights Global 85 en Moscú.
Cabe recordar que tras su polémica presentación contra Jake Shields, Palhares fue suspendido dos años y multado con la suma de 40.000 dólares. El peleador había sido campeón de la compañía World Series of Fighting y después de su conducta recibía uno de los castigos más ‘duros’ que se recuerda por su mala conducta durante su combate.
La actitud que se ganó el odio de los fans fue la de ir desgastando a Shields -a quien finalmente venció con un impresionante kimura-, repitiendo durante todo el combate la táctica de ‘picar’ los ojos a su rival. Peor aún, al momento del desenlace de la pelea, Palhares mantuvo la sumisión más segundos de lo necesario cuando Shields ya se había rendido. Por lo mismo, el 10 de octubre de 2013, el presidente de la UFC, Dana White, anunció que Palhares había sido despedido por no soltar a su rival cuando el árbitro se había indicado.