21 millones de seres humanos son víctimas de la trata de personas

La crisis humanitaria generada en Europa desde hace un par de años motivada a la llegada masiva de personas en calidad de migrantes o refugiados desde el norte de África, el Medio Oriente y el centro de Asia, ha develado un flagelo que existe desde antaño pero que ha sido larga y constantemente ignorado: la […]

21 millones de seres humanos son víctimas de la trata de personas

Autor: Priscilla Villavicencio

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La crisis humanitaria generada en Europa desde hace un par de años motivada a la llegada masiva de personas en calidad de migrantes o refugiados desde el norte de África, el Medio Oriente y el centro de Asia, ha develado un flagelo que existe desde antaño pero que ha sido larga y constantemente ignorado: la trata de personas. La conversión de seres humanos en mercancías comerciables enerva a los entes multilaterales y a las organizaciones no gubernamentales, aunque ello no necesariamente -y de modo lamentable- se ha traducido en acciones concretas de parte de los distintos gobiernos.

Cabe recordar que el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, define a la trata de personas como “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”.

El referido Protocolo sostiene en relación a dicha explotación que ésta adopta de hecho varias formas tales como “la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”. Precisamente este sábado se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas proclamado por las Naciones Unidas. La intención de la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando instauró esta observancia internacional era “crear conciencia sobre la situación de las víctimas de la trata de personas”.

Grave flagelo

Las víctimas de la trata de personas ven sus derechos humanos y libertades fundamentales absolutamente cercenados en un escenario mundial donde priva la impunidad. Según estima la Organización Internacional del Trabajo, unas 21 millones de personas en todo el orbe padecen de la trata de personas que a su vez se ha convertido en todo un ‘negocio’ transnacional, que genera anualmente según cálculos conservadores, casi 10 mil millones de dólares en ‘ganancias’ para quienes evidentemente se lucran de ello en detrimento claro de la dignidad de hombres, mujeres y niños.

La relatora especial de las Naciones Unidas sobre la trata de personas, Maria Grazia Giammarinaro, urgió a todos los Estados a proteger a las personas de este flagelo, haciendo especial énfasis en aquellos países que albergan a las víctimas. “Los muros, las alambradas y las leyes que criminalizan la inmigración irregular no previenen la trata de personas sino que incrementan las vulnerabilidades de quienes huyen de los conflictos, la persecución, las situaciones de crisis y la pobreza extrema”, sostuvo la especialista en referencia directa a la Unión Europea, que ha adoptado recientes y controversiales medidas sobre la materia.

Por su parte, el director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés), Yury Fedotov, sostuvo que la trata de personas es un “crimen de carácter parasitario que se alimenta de la vulnerabilidad, aumenta en tiempos de incertidumbre, y aprovecha la falta de acciones en su contra”. “Los criminales acechan a gente necesitada y sin redes de apoyo, y ven a los migrantes, especialmente a los niños, como blancos fáciles para ser sujetos a explotación, violencia y abuso”, lamentó el funcionario, al tiempo de pedir una “respuesta coordinada e integral” de parte de la comunidad internacional.

Tema central

El asunto de la trata de personas del que ya se ha hablado ampliamente, será tema central de la venidera Cumbre de las Naciones Unidas sobre Refugiados y Migrantes, colectivos con los que este flagelo está íntimamente relacionado. De acuerdo al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, la intención en dicho cónclave diplomático que tendrá lugar en Nueva York la segunda quincena de septiembre de este mismo año, es intensificar los esfuerzos en pro del combate de la trata de personas. Ban sostuvo que ese combate debe hacerse sobre la base de una “responsabilidad compartida”, por lo que ningún país puede eximirse de ello.

“Llamo a cada nación, sea un país de origen, tránsito o destino, a que lo reconozcan”, sentenció el líder de dicha organización internacional en ocasión de este Día. Cabe acotar que el Informe Global sobre Trata de Personas de este año, hizo una mención especial al caso latinoamericano, destacando que casi el 20% de las víctimas de trata de personas detectadas en los Estados Unidos, provienen precisamente de países centroamericanos, particularmente Honduras, Guatemala y El Salvador. De manera que no se trata de un problema focalizado en ciertas regiones del planeta sino que incluso en el hemisferio occidental, es bastante palpable.

Campaña del “corazón azul”

La campaña del “corazón azul” es una iniciativa lanzada por las Naciones Unidas para aumentar la sensibilización respecto de la trata de personas. Según sus proponentes, “el corazón azul representa la tristeza de quienes son víctimas de la trata de personas y nos recuerda la insensibilidad de quienes compran y venden a otros seres humanos y, el uso del color azul de las Naciones Unidas también demuestra el compromiso de la organización con la lucha contra ese delito que atenta contra la dignidad humana”.


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