Activistas que protestan contra la extensión de una mina de lignito a cielo abierto en la localidad de Lützerath, al oeste de Alemania, denunciaron este domingo que la Policía utilizó violencia extrema al reprimir la protesta realizada la víspera, la cual terminó en enfrentamientos con decenas de heridos.
Una portavoz de los organizadores de la protesta, Indigo Drau, manifestó que los agentes golpearon sin control a los activistas, utilizaron gas pimienta y cañones de agua para dispersarlos, y azuzaron a sus perros para que los mordieran.
Un socorrista, Birte Schramm, precisó que al menos 20 activistas fueron trasladados al hospital, aunque medios locales refieren que los heridos entre los manifestantes fueron muchos más.
La Policía de Aquisgrán, a cargo del operativo para desalojar a los activistas de Lützerath, los acusó de no haber protestado pacíficamente y haber buscado la confrontación de manera deliberada.
Informó que los enfrentamientos del sábado dejaron un saldo de 70 gendarmes heridos y que una treintena de vehículos resultaron dañados. Precisó que desde el inicio del desalojo se han abierto 154 investigaciones penales.
En las protestas del sábado participaron alrededor de 15.000 personas según la Policía, aunque los activistas cifraron en 35.000 los participantes en la movilización.
Durante el viernes y el sábado, los manifestantes recibieron el apoyo de la activista climática sueca Greta Thunberg.
Este domingo la Policía dio por concluido el operativo para desalojar a Lützerath, aunque admitió que continúan las tareas de rescate de dos activistas que se atrincheraron en un túnel bajo tierra.
Un portavoz policial, Andreas Müller, refirió que el operativo de rescate corre a cargo de la empresa RWE, que opera la mina de lignito Garzweiler II.
Los manifestantes que se reunieron en Lützerath se oponen a la política energética del canciller alemán Olaf Scholz, que apuesta por incrementar el uso del carbón y otros combustibles fósiles como alternativa ante la crisis energética que atraviesa Europa luego de las medidas de presión contra Rusia.
Señalan que regresar a los combustibles fósiles incrementará las emisiones de carbono y la contaminación ambiental.
Fuente teleSUR
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