Extracto de entrevista realizada por Daisy Alcaino a Víctor Briceño, hermano de Kevin Gómez. El joven fue asesinado por el cabo primero del Ejército, Cristian Care, la noche del domingo 20 de octubre de 2019, en Coquimbo, durante el «Estallido Social»
Coquimbo, son las 23:30 de la noche del domingo 20 de octubre de 2019, de una jornada histórica de lucha nacional; la ciudad está en llamas y está sitiada, el despliegue de militares armados y de dispositivos de la policía uniformada no ha podido frenar la furia de los miles de manifestantes que se direccionan hacia diferentes lugares de la ciudad; barricadas, saqueos, incendios, ‘estallido social’.
Ese día, el Estado de Chile se había declarado bajo ataque y en estado de “guerra” a través de declaraciones del hoy ex Presidente Sebastián Piñera.
Durante esa tarde, el general de brigada Jorge Morales Fernández decretó el ‘toque de queda’ desde las 20 horas hasta las seis de la mañana en toda la Región.
Sin embargo, el 19 de noviembre de aquel año, la Corte de Apelaciones de La Serena acogió un recurso de protección donde se declara que el toque de queda es ilegal.
“El pueblo se alzó y fue la única manera de hacerlo, no había de otra, no lo íbamos a conseguir de otra manera, y, lamentablemente, hubo personas que cayeron y fallecieron, por un tipo que le declaró la guerra a su propio país”, señala Víctor Briceño, hermano mayor de Kevin Gómez, y quien nos brinda esta entrevista.
UN DISPARO POR LA ESPALDA
Kevin participó durante todo el día en las manifestaciones, llegada la noche se dirigió a su casa y, de forma repentina, decidió irse. Un video entregado por la Municipalidad lo registra horas después reunido con otras personas más en el exterior de la tienda La Polar.
Es domingo 20 de octubre, dos jóvenes escapan desde ese local, corren desesperados por la avenida Francisco Bilbao con calle Pinto, muy rápido; no logran divisar a las tres patrullas militares que los terminarán por acorralar. Los camiones Mercedez Benz -dotaciones del Ejército– avanzan por calle Melgarejo, a una velocidad de unos 40 kilómetros por hora, llegan a la puerta de la tienda e interceptan a los jóvenes, uno de ellos alcanza a correr; el cabo 1° Cristian Isaac Care Care dispara por la espalda al cuerpo de Kevin con el vehículo en movimiento y lo mata.
Ninguno de estos jóvenes había experimentado algo así en su vida, más allá de los relatos de la dictadura, parecían historias lejanas, pero ya no. Se les revela el país en los ojos, sienten el terror que petrifica la piel; un disparo en el pulmón, es para Kevin. Tres patrullas militares rodean la escena, uniformados se reúnen en torno a su cuerpo.
El día de su desaparición fue largo y sin noticias, la familia se volcó a las calles, Víctor se fue directamente al Hospital San Pablo de Coquimbo, al sector de urgencias. “Cuando sucedió esto, nosotros no teníamos idea de lo que estaba pasando; en ningún momento se nos pasó por la mente que Kevin podría haber estado ahí”, nos cuenta.
El joven no traía consigo su carnet de identidad, por lo cual, después de fallecido fue ingresado como NN a la morgue. Víctor Briceño, se pasó toda la noche buscando a su hermano yendo a todas las comisarías de Coquimbo, a la Policía de Investigaciones, al Juzgado de Garantía, al Servicio Médico Legal y a la morgue del Hospital; reconoció hasta tres cuerpos en una noche y ninguno de ellos era el de Kevin.
Fue recién al día siguiente, que la familia decidió ir nuevamente a la Policía de Investigaciones, cuando un repentino llamado de la Fiscalía, les confirmó que la persona fallecida era Kevin Gómez Morgado, de 23 años.
“Kevin llegó cuando tenía dos años. Yo en ese tiempo tenía 17. Nuestros padres trabajaban y nosotros con mi hermana estábamos en la escuela, uno en la mañana y otro en la tarde, entonces nos turnamos para cuidarlo… Nos ha dolido mucho su partida…”, se lamenta Víctor.
“Mi hermano Kevin era un loquillo, era muy atento con sus amigos, si alguno tenía un problema ahí iba él; era músico, le gustaban lo instrumental, las bandas del Ejército, y por eso él fue muchas veces al regimiento a tocar; quizás hasta conoció al tipo que le disparó, no lo sabremos…”, agrega.
JUSTICIA DIFERENCIADA
A Víctor le causa extrañeza que la detención y formalización del cabo se hubiera hecho el mismo día que se les informó la identidad del cuerpo de su hermano.
“A este militar lo detuvieron inmediatamente después de disparar; mientras a nosotros Fiscalía nos estaba informando que Kevin era el muchacho que habían asesinado los militares, a este tipo ya lo estaban formalizando, justo a la misma hora. Ahora llevamos un año cuatro meses más o menos, investigación tras investigación; se ha ampliado el proceso de investigación ya cinco veces, después de una reconstitución de escena en la cual nosotros estuvimos presentes. Y, sin ser muy entendido en el tema legal, nos quedó bastante claro lo que había ocurrido. Además, él está confeso”, expresa Víctor.
El militar que asesinó a Kevin recibió una condena de 12 años de cárcel por homicidio simple. Sin embargo, la defensa apeló y la Corte de Apelaciones rebajó la pena 5 años. La familia del joven asesinado llegó hasta la Corte Suprema, pero el tribunal falló a favor del acusado quien cumple su condena en el penal de Huachalume.
Víctor se pregunta: “¿Qué hubiera pasado si Kevin fuera el que le disparó al militar? ¿En qué condiciones estaría Kevin en este momento? ¿Estaría en nuestra casa con prisión preventiva? ¿Estaría en la cárcel o en un Regimiento?»
«Acá en este país te tratan diferente por tu clase social; para un político y un militar, la justicia no corre como para nosotros”, manifiesta.
Un video casero de un testigo, logró grabar desde los cerros la ejecución del joven, lo cual fue prueba clave de la familia y permitió la posterior reconstrucción de escena e identificación del victimario.
El fiscal Juan Pablo Aguilera, acompañó a la familia a las primeras reconstrucciones, hasta que, según Víctor, éste habría cambiado su actitud una vez que la familia consiguió un abogado.
“Yo le entregué el video que me hicieron llegar; con él yo tuve muchas reuniones, le pasé información y, de un momento a otro, cuando ya conseguimos a nuestro abogado, dejó de llamarnos; ya no hubo más entrevistas“, sostiene Víctor.
En la última audiencia, el fiscal Juan Pablo Aguilera no fue y envió a una joven que, según relata la familia, les dijo abiertamente: »A mí me mandaron, yo no sé los plazos, no sé en qué va la investigación”, lo que para Víctor y su familia fue considerado como “una burla y una irresponsabilidad”.
RESPONSABILIDAD POLÍTICA
“Hay que determinar qué responsabilidades tienen los altos mandos, quién dio la orden de salir; alguien desde arriba lo hizo, partiendo desde el mismo Presidente [Piñera], que declaró la guerra, y después viene una línea de mando hacia abajo”, afirma Víctor, y continúa: “tampoco sé si ellos quieren entregar más información para no perjudicar a los altos mandos, porque ya el autor material de este hecho está confeso”.
-¿Piensa que hay presiones dentro del mismo Estado y estas instituciones que obstruyen la justicia?
-Mire, si uno lo piensa, todas estas instituciones son del mismo Estado, que es el que mató a mi hermano. Nosotros con nuestro abogado estamos solos, pero como le he dicho siempre: -tendrán que estar los que tenemos que estar- nosotros queremos lograr justicia para nuestro hermano Kevin.
Fuente fotografía del inicio
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