No aparece en los medios de comunicación más poderosos, no ha sido ampliamente discutido en los debates presidenciales, no aparece en las conversaciones diarias en las esquinas o en las oficinas. Pero todos los cientos de miles de trabajadores que laboran en las áreas sociales del país (los profesores, los analistas de políticas públicas, los asistentes sociales), lo saben: existen 45 millones de personas viviendo en la pobreza en Estados Unidos, es decir, entre un 14% y 15% de la población, como destaca un reporte de Alternet. Y uno de cada cinco niños pasa hambre.
Más allá de eso: el tema no es parte del debate público entre los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos. Entre los 5 debates del Partido Republicano y los 3 del Partido Demócrata, ningún moderador ha preguntado ni siquiera una vez algo que involucre la palabra “pobreza” o “pobre”, informa Alternet. Bernie Sanders ha sido uno de los pocos que ha hablado sobre el tema, justamente debido a que las áreas de justicia social son parte fundamental de su plataforma.
Los candidatos republicanos mencionan el tema solo como forma de criticar a Obama, lo que por lo demás es un descaro político, considerando que los sectores conservadores creen firmemente que la ayuda estatal, los subsidios y en general las medidas paliativas del gobierno central son las responsables de la pobreza en el país (!). El Partido Republicano aún cree en el efecto “chorreo” y en la iniciativa individual y privada, sin intervención del Estado, como forma de desarrollar la economía y dotar de bienestar a los ciudadanos… La América Latina de los años noventa y la miseria provocada con esas políticas neoliberales es, no hay duda, prueba tangible que las teorías de los Chicago Boys causan más pobreza que desarrollo sostenido a través de todo el espectro social.
Los debates reflejan las preocupaciones de los estadounidenses medidas por encuestas que a su vez se alimentan de percepciones que la cobertura mediática prioriza. Es decir, la amenaza del terrorismo y la seguridad interior. La pobreza no es parte de esas prioridades de percepción.
Un estudio de The Intercept, citado por Alternet, señala que justamente dentro del universo de la televisión por cable, al final de 2015 y en medio de la campaña de primarias presidenciales, el tema del terrorismo y el Estado Islámico es mencionado 20 veces más que el tema de la pobreza.
En Contexto
Para poner las cifras en perspectiva, la pobreza está creciendo en Estados Unidos, sostenidamente. Si en 2014 un 14.5% de los estadounidenses era pobre, en 2000 solo un 11.3% lo era. Los índices han ido empeorando por razones coyunturales como la crisis económica de 2008, que golpeó fuertemente la actividad productiva del país. Pero también hay razones políticas: el Congreso, perdido por los demócratas en favor de los republicanos desde que Obama asumió el poder en 2008, ha frenado muchas leyes sociales, y limitado los fondos para los llamados “food stamps” (certificados que las familias pobres pueden intercambiar por comida). Asimismo, el Congreso a manos de la derecha de EEUU ha logrado limitar los beneficios de desempleo, quitar fondos para la educación y cerrar el gobierno federal en una ocasión, y con ello, afectado los beneficios de miles de personas.
El tema de la pobreza no es difundido ampliamente por los medios de comunicación ante la ilusión cultural de los estadounidenses sobre el carácter de “desarrollado” del país, y por la percepción profundamente enraizada en la clase política y en los sectores más conservadores sobre el llamado “excepcionalismo estadounidense”. Un país donde 1 de cada 6 personas es pobre, no es el ideal imaginario que un habitante orgulloso del país espera discutir cómodamente.
El tema va más allá: según cifras oficiales del Departamento de Agricultura, 15 millones de niños menores de 18 años viven en hogares donde no existe suficiente comida para sobrevivir. Es decir, un 20 por ciento, o uno de cada cinco niños, pasa hambre. En Estados Unidos…