Los Gobiernos de Estados Unidos, aquellos que pretenden dictar normas sobre el respeto a los derechos humanos en el mundo, son los mismos gobiernos que mantienen a esa nación como paria de los acuerdos y tratados referentes a la defensa de los derechos fundamentales del ser humano.
Por ejemplo, ni siquiera adoptan los tratados internacionales referidos a la protección de la infancia, pues son la única nación en el Mundo que apenas firmó, más no ratificó, la Convención sobre los Derechos del Niño. Se trata de la carta fundamental que une a la humanidad en la protección de uno de sus sectores más vulnerables.
Hoy, cuando el gobierno de Donald Trump separa impunemente a miles de familias de migrantes, dejando a niños en la indefensión y el abandono, ya sabemos por qué no ratificaron esa convención.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés), dedicado a la protección de los derechos de niños y adolescentes, establece una serie de derechos que son irrenunciables, universales, de orden público e indivisibles. Por ello, contempla cinco principios para su atención:
- Igualdad y no discriminación.
- Interés superior del niño.
- Prioridad absoluta.
- Corresponsabilidad y solidaridad social-
- Efectividad.
Derechos de la infancia que vulnera Trump
Con base en esos principios, entre los derechos fundamentales de la infancia que establece la Convención y la Unicef y que actualmente atropella la administración Trump se encuentran:
- Derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión, idioma, nacionalidad, sexo u opinión política.
- Derecho a tener una protección especial para el desarrollo físico, mental y social.
- Derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación.
- Derecho a ser criado con un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal.
Claras violaciones al derecho internacional
“Estados Unidos debe poner fin de inmediato a la práctica de separar a las familias y criminalizar lo que, a lo sumo, debería ser una infracción administrativa, la entrada o la estancia irregular en el país”, expresó la portavoz de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani.
El funcionario criticó que no se distinga siquiera los casos de solicitantes de asilo. «Algunos de los niños separados de sus padres son muy pequeños y hay al menos uno de doce meses«, afirmó.
“La detención nunca va en interés de los niños y es una violación de sus derechos (…) no hay nada normal” en ello, sentenció Shamdasani. Luego agregó que “el uso de las detenciones y las separaciones familiares como elemento de disuasión va contra los estándares y principios de los derechos humanos”, recordó la portavoz.
A su vez, enfatizó lamentó que EE. UU. sea el único país que no ha ratificado la convención de la ONU sobre derechos de la infancia, pero tiene obligaciones derivadas de otros textos de leguslación internacional.
Por ejemplo, la presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Margarette May Macaulay, precisó que “la familia es la unidad fundamental reconocida en las leyes nacionales y el derecho internacional de los derechos humanos en todos los Estados democráticos, y está legalmente reconocida y protegida”.
El descaro
Padres e hijos son separados a diario cuando un progenitor está acusado de algún delito. «Es triste ver llorar a un niño que separas de su padre, pero no porque sea triste debemos ignorar la ley», dijo ayer lunes Thomas Homan, vicedirector de la Agencia de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, para justificar los atropellos que están cometiendo. Pero ¿y los derechos de la infancia que son internacionalmente reconocidos?