“La pobreza indígena y campesina en México tiene siglos y forma parte de la dominación de la que son objeto, lo que nadie ha discutido abiertamente y las condiciones en que viven estos hombres y mujeres indígenas, son el resultado de un proceso histórico de discriminación”.
Así lo indicó Alejandra Garduño de la fundación Kellog, durante su ponencia en el segundo taller “Litigio estratégicos a favor de comunidades indígenas y campesinas de la Península de Yucatán” realizado en la Casa de Justicia.
Garduño destacó que para hacerle justicia a los pueblos indígenas, no basta con impulsar programas si no hay voluntad y compromiso institucional de respetar lo que desean comer, beber, sembrar o producir.
Para David Lovatón, consultor de la fundación para el Debido Proceso, manifestó que es necesario formar a las mujeres y hombres como profesionales del derecho, pero con la mirada puesta en defender los derechos de los pueblos originarios.
Artemia Fabre, directora general de Diálogo y Movimiento (Dimo) dijo que estos talleres realizados en la Casa de Justicia en coordinación con las comunidades Mayas de los Chenes, tienen como objeto respaldar las acciones y estrategias orientadas a respetar los derechos de los pueblos indígenas así como luchar contra la pobreza y la discriminación racial.