La destacada dirigente campesina, líder indígena de las comunidades lenca y premiada activista de los derechos humanos, Berta Cáceres, acaba de ser asesinada la madrugada de ayer jueves 3 de marzo de 2016, en la zona de La Esperanza, en Honduras, por un grupo de hombres armados que irrumpieron violentamente en su casa.
Pese a que la información oficial preliminar habla de robo, las organizaciones de derechos humanos denuncian que estaba permanentemente amenazada de muerte por su labor de resistencia a la construcción de una represa hidroeléctrica en la zona de Agua Zarca, que afectaría el Río Gualcarque, cause de agua sagrado de la comunidad lenca adyacente. Los gobiernos que han sucedido al golpe de Estado de 2009, especialmente el gobierno de facto de Roberto Micheletti, han privatizado o concesionado muchos cursos de agua para proyectos hidroeléctricos, sin considerar el impacto en las comunidades aledañas, muchas de ellas indígenas.
En sus labores de defensa medioambiental de la zona de Agua Zarca, Berta logró junto a las comunidades afectadas frenar proyectos que tenían incluso el apoyo del Banco Mundial (más información, en BBC Mundo).
El asesinato de la dirigenta Berta Cáceres pone de manifiesto el enorme riesgo que corren los líderes comunitarios y políticos de base, que han sido sistemáticamente asesinados en los últimos años. Otras zonas de Honduras enfrentan un ambiente similar de violencia, donde agentes de seguridad contratados por empresas privadas, o agentes del Estado, han estado involucrados en asesinatos, hostigamiento y uso ilegal de la fuerza, como es el caso del Valle del Aguán, donde varios dirigentes han corrido la misma suerte que Berta Cáceres. La sistemática violencia que existe en el país contras los dirigentes comunitarios, y la ausencia de mecanismos de consulta a las comunidades campesinas, indígenas y afro-hondureñas sobre megaproyectos que afectan la calidad medioambiental de sus comunidades, han sido ampliamente documentados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Entrevista inédita en video
Tuve el privilegio de conocer a Berta Cáceres en febrero de 2011, cuando asistí como observador internacional de la Primera Asamblea General del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), en Tegucigalpa, realizada entre el 25 de febrero y el 1 de marzo de 2011. Un reporte académico de mi autoría sobre ese evento puede ser encontrado acá. Me llamó inmediatamente la atención la fuerza de las convicciones de Berta, su claridad política, su entereza de valores, su profunda inteligencia. Tras su asesinato, comparto el impacto que han sentido todos quienes tuvieron el honor de conocerla. La muerte de Berta Cáceres, ganadora del prestigioso premio Goldman que reconoció su labor medioambiental, es un duro golpe al movimiento indigenista mundial. El gobierno actual de Honduras, bajo la presidencia de Juan Orlando Hernández, tiene una responsabilidad urgente de investigar el asesinato, identificar a los culpables, y proteger a los dirigentes comunitarios del país.