Human Rights Watch envió una carta al Secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, señalando que existe una responsabilidad criminal de ese país tras el ataque al hospital que tenía a su cargo Médicos Sin Fronteras en Kunduz, Afganistán. El bombardeo en octubre pasado dejó 42 pacientes y funcionarios muertos, y una gran cantidad de heridos.
Hasta ahora, el gobierno de Estados Unidos ha señalado que el ataque fue un accidente, pese a que Médicos Sin Fronteras había informado constantemente sobre las coordenadas del centro médico. El hospital recibía también a talibanes heridos, e información recopilada de las propias autoridades estadounidenses podría sugerir que el ataque buscaba asesinar a algunos de esos combatientes, pese a la presencia de muchos otros pacientes civiles, y pese a la prohibición de la ley internacional y del propio Estados Unidos contra ese tipo de ataque a infraestructura hospitalaria. Otras versiones de prensa han señalado que puestos de comando de EEUU pensaban que el hospital podría haber estado bajo control Talibán, lo que tampoco autorizaba un ataque al existir decenas de otros pacientes al margen del conflicto armado.
La directora de HRW en Washington DC, Sarah Margon, señaló a la prensa hoy que “el ataque al hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz implica posibles crímenes de guerra”. La representante de la agrupación de derechos humanos también dijo que la investigación que actualmente lleva a cabo Estados Unidos no será creíble a menos que incluya la responsabilidad criminal en torno al hecho, y que las indagaciones se realicen al margen de la influencia castrense del alto mando.
Luego del ataque mortal al hospital el 3 de octubre de este año, el Pentágono se apresuró a señalar tras pocas semanas de investigación que el bombardeo al centro hospitalario se había debido a un “error humano”. Hubo acuerdo entre las agrupaciones de defensa de los derechos humanos que la explicación dejó más dudas que respuestas y que era insuficiente.
Muchas organizaciones han reclamado desde esa fecha una investigación independiente que identifique responsabilidades, y que esté al margen del gobierno de EEUU o de las autoridades militares. Margon también expresó en ese sentido que “el gobierno de Estados Unidos debe reconocer que la resolución sobre este terrible incidente tendrá repercusiones para las operaciones militares estadounidenses mucho más allá de Afganistán”, y que los altos jefes castrenses que estaban a cargo de la operación en Kunduz no deberían estar decidiendo quien será o no procesado.
Asimismo, Médicos sin Fronteras sigue insistiendo en que el gobierno de Estados Unidos pida la intervención de la Comisión Internacional Humanitaria de Investigación (International Humanitarian Fact-Finding Commission, IHFFC), basada en la Convención de Ginebra. Solo el propio gobierno puede convocarla, pero la Administración de Obama no ha respondido a estas exigencias.
La carta de Human Rights Watch al Secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, puede ser leída acá (en inglés).
Human Rights Watch, www.hrw.org
Médicos sin Fronteras, www.msf.es
Common Dreams, www.commondreams.org