El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, rechazó la posibilidad de que esa nación reciba a refugiados de Siria y África, por ello, inició la construcción de una valla de 30 kilómetros a lo largo de su frontera con Jordania.
Israel “no esperará” aseguró Netanyahu haciendo referencia a la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, que afecta a a muchas naciones, especialmente las europeas, y que ha causado la muerte de más de dos mil 500 personas que atraviesan el Mar Meditarráneo para huir de conflictos armados en sus países de origen.
“En la medida de lo posible, rodearemos las fronteras de Israel con rejas de seguridad y barreras que nos permitan controlar nuestras fronteras”, afirmó Netanyahu, para ello, precisó, “continuaremos hasta los Altos del Golán, donde ya tenemos una valla fortificada”, dijo en la reunión semanal de su gabinete de ministros.
Netanyahu niega que esa nación sea “indiferente a la tragedia humana de los refugiados de Siria y África”, sin embargo, afirmó que “no vamos a permitir que Israel se vea inundado con infiltrados, trabajadores inmigrantes ni terroristas”.
En abril huyeron de Siria unos 80 mil refugiados palestinos, otros 280 mil son desplazados internos y el 95 por ciento de ellos necesita ayuda humanitaria urgente, según informó el grupo palestino Badil.
Alegó que ese país es “pequeño, muy pequeño. No tenemos profundidad demográfica ni geográfica y por eso tenemos que controlar nuestras fronteras contra las infiltraciones ilegales y contra los terroristas”.
Cada año, miles de personas procedentes de Asia y África tratan de cruzar las aguas entre Turquía y Grecia para intentar llegar a Europa.
La Agencia para los Refugiados de la Organización de las Naciones Unidas (Acnur) informó que en 2015 el número de refugiados que atravesaron el Mediterráneo superó los 300 mil. De estos, dos mil 500 perdieron la vida o desaparecieron en el mar.
Para crear un exclusivo Estado judío, las milicias sionistas implementaron lo que el historiador israelí Ilan Pappé describe como “una limpieza étnica intencional”.
Los predecesores del Ejército israelí echaron a unos 750 mil palestinos fuera de sus hogares, convirtiendo a la mitad de la población árabe en refugiados, a quienes les niega su derecho de volver.
Telesur