El jefe de la Delegación Regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México, América Central y Cuba, Juan Pedro Schaerer, señaló a Centroamérica como «la región más violenta del mundo» con «tantos muertos como en los principales conflictos bélicos» del planeta, a excepción de Siria.
«Centroamérica es la región más violenta del mundo. Aunque la tasa de homicidios bajó el año pasado en relación a 2015 las cifras siguen siendo altísimas porque se producen situaciones en las que se provocan tantos muertos como en los principales conflictos bélicos en el mundo, a excepción de Siria», dijo Schaerer en una entrevista con la agencia Efe.
En los siete países centroamericanos, donde viven 47,8 millones de personas, hubo 17.344 homicidios en el 2016, lo que representa una tasa de 36,2 homicidios por cada 100.000 habitantes, más del triple del promedio mundial, según datos oficiales. En 2015, la tasa regional de homicidios fue de 41,4, lo que significa una disminución de 5,2 puntos.
Para Schaerer la violencia en Centroamérica, a diferencia de los estados de guerra, «está dirigida hacia las personas, pero hay menos consecuencias en cuanto a las infraestructuras, daños a las casas, etc, pero vemos que, más allá de las altas tasas de homicidios, existe una gran falta de respeto a las personas y a la infancia».
El funcionario de la Cruz Roja detalló que «no se respeta al personal médico, a los menores, existen dificultades de acceso a la educación, desplazamiento migratorio y algo que nos está preocupando que son las desapariciones de personas y que, poco a poco en Centroamérica, se podría visibilizar y que tendría consecuencias a medio y largo plazo».
Para el especialista «todavía no hemos salido de la situación de los conflictos armados de los ochenta y principios de los noventa, y Guatemala es un buen ejemplo con 40.000 desaparecidos del conflicto cuyos familiares están esperando una respuesta». De ahí la importancia de Ley de Desaparición que se tramita en México que «es necesaria para prevenir la desaparición que sea forzada, pero también establecer mecanismos de búsqueda y sancionar el delito, porque si queremos prevenir el delito tiene que ser sancionado».
Schaerer participó esta semana en Costa Rica en un reunión regional de las Comisiones Nacionales de Derecho Internacional Humanitario (DIH) de las Américas sobre armas.
«El DIH quiere regular el uso de las armas. Muchos de los conflictos en Medio Oriente y en ciertos países africanos mantienen una falta de respeto en el uso de ciertas armas que no son adecuadas y sin embargo utilizadas en áreas pobladas» dijo y confirmó al año 2025 como tope para la erradicación las minas antipersonas como propuso la III Conferencia de Examen de la Convención de Maputo en 2014.
Finalmente, Schaerer apunta a un tema nuevo: «las nuevas armas que comienzan a diseñarse, armas autónomas, armas robóticas, la guerra cibernética» y anuncia que «quizá en este tema el DIH no está preparado y habrá que realizar un trabajo de fondo para su adaptación», concluyó.