Profesores de la federación lucieron brazaletes negros y explicaron en las clases a los niños los “perversos” planes de Malala Yousafzai; así lo informó en una rueda de prensa Mirza Kashif Ali, presidente de la Federación de Colegios Privados de Pakistán.
El presidente acusó a la joven de 20 años de trabajar como agente para otros países y de transmitir una ideología secular y defender al escritor Salman Rushdie y su libro «Los versos satánicos».
En tal sentido, «Condenamos este terrorismo ideológico y protestamos por ello»; «No te damos la bienvenida Malala», afirmó Kashif
Mediante un vídeo compartido por la federación un grupo de niños portaba pancartas en las que se leía «Yo no soy Malalal», con el nombre de la activista mal escrito con una ele (l) final de más, cantando por indicación de una profesora.
En otro vídeo, un profesor explicaba a sus alumnos que Malala ha hecho un gran daño a la imagen internacional del país, especialmente del poderoso Ejército.
Esta misma federación prohibió la lectura en sus escuelas del libro «Yo soy Malala» de la activista y después publicaron otro titulado «Yo no soy Malala» en el que la atacaban en 2014.
De acuerdo a su página web, entre los objetivos de la federación figuran «salvaguardar y preservar la soberanía y la integridad y defender la Ideología de Pakistán» así como «defender y proteger la constitución de la República Islámica de Pakistán».
¿Quién es Malala Yousafzai?
La activista Malala Yousafzai es un icono global, ha luchado por la educación femenina, pero en su propio país es una figura vilipendiada y más en los centros educativos privados; la acusan a menudo de dañar al país o trabajar para la CIA; entre otras teorías.
La joven regresó ayer a Pakistán por primera vez desde que en 2012 tuviese que salir después de que un talibán le pegase un tiro en la cabeza por su defensa a la educación de las niñas.
Para ese año la niña, entonces contaba con tan sólo 15 años; por lo que fue trasladada al Reino Unido, donde aún vive hoy y estudia en la Universidad de Oxford.
En 2013, Malala y su padre, Ziauddin, crearon una fundación para concienciar acerca del impacto social y económico que tiene la educación de las niñas.
Un año después, se convirtió a sus 17 años en la Premio Nobel de la Paz más joven de la historia, galardón que compartió con Kailash Satyarthi, activista contra el trabajo infantil en la India.
En una breve entrevista realizada a la activista Malala, por motivo de su regreso a su país, expresó: “espero que todos podamos unirnos en esta misión para mejorar Pakistán, para que nuestra generación futura pueda recibir la educación adecuada y las mujeres puedan empoderarse, trabajar, levantarse por sí mismas y ganar para sí mismas. Ese es el futuro que queremos ver».
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