No sólo los expertos en derecho internacional y las organizaciones no gubernamentales han mostrado su malestar y rechazo al plan que la Unión Europea (UE) y Turquía quieren implementar para frenar la entrada de refugiados a Grecia.
Este martes, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), Phillipo Grandi, recordó a los gobiernos de la alianza que la devolución de refugiados hacia sus naciones de origen u otros territorios sólo puede realizarse si se garantiza su protección personal y expresó su preocupación por que en Europa se realice la “devolución de refugiados sin las garantías de protección necesarias”.
“Comprendemos que Europa debe organizar el flujo de refugiados y que hasta ahora no ha sido sostenible. Pero es importante gestionar las cosas en el respeto del derecho internacional de refugiados”, precisó el funcionario, quien insistió en que la ACNUR está interesada en supervisar los procedimientos acordados entre Ankara y la UE.
“Un retorno de los que llegan a Grecia no se puede hacer correctamente si no se respetan todas las garantías, con el absoluto respeto de la Convención de Ginebra, examinando el caso antes de que este refugiado sea reenviado”, señaló Grandi.
El acuerdo contempla el compromiso del bloque comunitario por 3.000 millones de euros además de facilitar a los ciudadanos turcos su emisión de visados para la UE, a cambio de detener el flujo de refugiados que llegan a Grecia y otros países procedentes de Turquía.
Propuesta de Naciones Unidas
Ante la dramática situación de países como Grecia, que se encuentra desbordada y sin capacidad de poder asumir el flujo migratorio que llega cada día en su territorio, el representante de ACNUR propuso el establecimiento de “pasillos legales” que le permitan a los refugiados llegar a varias naciones de Europa y aliviar la alta concentración de civiles en naciones como Jordania y Líbano.