Por Daisy Alcaíno para El Ciudadano.
Abel Acuña tenía 29 años cuando murió de un paro cardíaco el 15 de noviembre de 2019, producto del irracional ataque con bombas lacrimógenas, efectuado por Carabineros en la rebautizada Plaza Dignidad (ex plaza Italia). En su última fotografía, se puede observar al joven con una bandera chilena con la cual siempre protestaba: “Él iba el fin de semana con una bandera, y cantaba, le encantaban las comparsas, amaba observar cómo la gente se manifestaba libremente”, cuenta su padre Anselmo.
Este joven técnico Laborista -de profesión- había recibido su título el mes pasado y estaba planeando un viaje a Isla de Pascua, Abel adoraba viajar. Pero aunque él había conseguido graduarse sin deudas, era muy consciente de que la mayoría de sus amigos no podía hacerlo.
Anselmo, un hombre muy consciente, inculcó en sus hijos desde muy temprana edad, los valores de la justicia y la solidaridad, razón por la cual Abel sentía una gran empatía por las luchas sociales y por los Derechos Humanos.
En una ocasión su padre le preguntó:
“¿Tú para qué vas a protestar? si tienes pagada tu educación, hemos hecho un sobre esfuerzo todo estos años para que tú salgas adelante, ¿entonces porque peleas? yo lo hacía para conocer su opinión…” recuerda su padre que Abel le respondió:
“Nopo… mira papá, yo tengo amigos que están endeudados en 15 o 20 años, con unos créditos que se van a poner viejos y no van a poder terminar de pagar, imagínate tú, ganas una miseria y cuando estes mayor vas a vivir de una miseria, unas migajas, no papá tú mereces tener una pensión como corresponde” eso me decía mi hijo y por eso salía a luchar”.
La familia de Abel es grande, pero en su casa de Maipú solo eran tres; don Anselmo, su mamá Brunilda y él. Recientemente su madre tuvo una accidente automovilístico y falleció, aunque aún no se investigan las negligencias que llevaron a esta tragedia, Anselmo nos informa que estudian interponer acciones legales para esclarecer las causas de la muerte de su esposa.
Brunilda Leal, jamás aceptó la muerte de su hijo, y en unas de sus últimas entrevistas al medio El Desconcierto acusó: “El zorrillo no dejó pasar a la ambulancia. Si el zorrillo hubiese dejado pasar a la ambulancia, le hubieran salvado la vida a mi hijo. Ellos tiraron bombas a cualquiera, dispararon contra los médicos que estaban tratando de salvar a mi hijo”.
“Bombardear hasta matar”
Es el día 28 de manifestaciones, cae la noche y la plaza se encuentra repleta, hace algunas horas la oposición alineada con los partidos de derecha han firmado un acuerdo a espaldas de la ciudadanía. Le llaman “Gran acuerdo por la paz”, que relegaría la principal proclama de la revuelta ciudadana: La asamblea constituyente.
A la mañana siguiente, aparecería la Plaza Dignidad cubierta con un manto blanco. Así lo consignaba el parlamentario de la derecha, Issa Kort:
Una imagen del todo siniestra, considerando que durante toda la semana, poblaciones como Lo Hermida en Peñalolén, se mantenían con una violenta ocupación policial en sus territorios. De hecho, ese mismo 15 de noviembre, el INDH presentó 20 recursos judiciales contra Carabineros por estas “excursiones” en dicha población.
Además, el día anterior se registraron en todo el país verdaderas escenas de “Terrorismo de Estado” como la detención ilegal de niños en Villa Alemana, que terminaria con una denuncia de la Defensoria de la niñez.
Este era el tenor de la jornada del 15 de noviembre, cuando miles de personas salieron a las calles a rechazar este acuerdo de la clase política. Los medios de comunicación nacionales, que transmitieron desde sus señales aéreas la histórica movilización, exhibieron cómo miles de personas apuntaron con sus láser hacia los drones de Carabineros para no ser grabados.
La represión se mantuvo desde las cinco de la tarde sin parar. Algunos manifestantes intentaron llegar a La Moneda, pero fueron bombardeados por cientos de lacrimógenas y balines que los hicieron retroceder. Sin embargo, los y las manifestantes volvían una y otras vez a concentrarse en Plaza Dignidad.
Los equipos médicos, brigadas rescatistas y bomberos, ya estaban ubicados en este lugar hace meses, como si se tratase de una guerra infinita, prestos a auxiliar a cualquier herido, aún a costa de sus propias vidas. Fue esto último lo que aconteció cuando intentaron socorrer a Abel Acuña. Así lo relata su padre:
“Cuando comenzó el bombardeo de lacrimógenas, mi hijo se ahogó y quiso salir de ahí, salió unos 14 o 15 metros y cayó al piso… después la agresión fue total, entre gases, agua, balines, y ya estando prácticamente tirado, se acercó mucha gente a intentar ayudarlo, y fueron agredidos desde el primer momento , el personal de salud fue atacado y baleado, no pudieron darle reanimación , no pudieron auxiliar a mi hijo porque Carabineros disparaba a quien se le cruzara”
El diagnóstico de muerte de Abel sería “Edema pulmonar agudo”, tal como lo señala el Certificado de Defunción (cedido y autorizado para este reportaje por su familia):
A pocas minutos de su asesinato, los medios de comunicación nacionales, se hacieron eco de las Fake News difundidas por cuentas fantasmas de Twitter y Youtube que indicaban que Abel Acuña se habría “caído” de la estatua, otras versiones afirmaban que se habría intentado “suicidar” tirando del caballo, aún cuando Abel no presentaba ninguna lesión en su cuerpo y los videos no correspondían a su muerte, sino a otro joven que cayó en dramaticas condiciones.
Por esta razón, Anselmo -su padre- decidió exigir a las autoridades el Protocolo de Minnesota para ejecuciones extrajudiciales. El cual terminó por descartar estas teorías, confirmando que Abel Acuña murió producto de una intoxicación por inhalación de gases que le produjo un “paro respiratorio”.
Al respecto, su padre afirma:
“Había agua en sus pulmones, y vías respiratorias…ellos dijeron que estaban siendo atacados, pero es mentira, ¿Qué agresión podría realizar un manifestante que ya está reducido en el piso?”
“Yo no sé si acá hubieron segundas intenciones, pero lo que sí sé, es que hubo intenciones de lastimar a los manifestantes en la conducta del Gobierno de amparar sistemáticamente todos estos crímenes, porque no fue solo el caso de Abel, ese es el punto principal”
Carabineros por su parte se deslindó de toda responsabilidad e informó un sumario administrativo, aunque Anselmo denuncia que aún no se le ha informado acerca de este sumario.
Actualmente hay tres querellas en curso, una de la familia como víctimas directas, otra del INDH, y otra del Colegio Médico.
Informe acerca de la peligrosidad de los químicos CS o Lacrimógenas en la población civil:
Revisa: Informe de la Universidad de Valparaíso
Revisa: Informe de La Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos en Chile
No aceptaremos chivos expiatorios:
“Con esto me refiero con que no me conformare con que metan preso a un Carabinero de baja monta, para ocultar las verdades responsabilidades de mando, la estructura de la policía es la que está mal. y ahí es donde están los culpables, porque si en el Gobierno de Piñera hay tantos asesinatos, no puede ser que todo esté bien.” Sentencia Anselmo.
“Piñera quiere demostrar que hay justicia metiendo presos por unos días a unos Carabineros , pero nosotros no queremos chivos expiatorios, no queremos show de justicia ejemplificadora castigando solamente al carabinero que disparó”
“Piñera es culpable de lo que ha ocurrido, pero él es solo un títere, los máximos responsables están en las cúpulas; son el poder económico, los intendentes, los coroneles de ejército, ya que con todos los desfalcos y asesinatos, se demuestra que ellos son los verdaderos delincuentes y no nosotros.” acusa.
Anselmo, confiesa que lo único que lo motiva a seguir viviendo, es su deber de conseguir justicia para su hijo y su esposa. Dice que no sabe como sigue en pie, pero que el apoyo de la gente que admira a su hijo lo anima a continuar. Es un hombre noble y sabio que ha sabido mantener su entereza y dignidad aún en la peor tragedia de su vida.
“Esta pena que yo tengo es tan gigante, que es como cuando tu miras un mar, es tan inmenso que no puedes ver el final, es así mi pena… gravísima…pero esta se contrarresta con mis ganas de luchar hasta encontrar justicia por lo que algún día fue mi familia y mi hijo” Concluye.