Este miércoles, el ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha considerado que la situación que se vive en Nicaragua por la reforma del Sistema de Seguridad Social es interna, y ha calificado de “destructiva” cualquier injerencia en los asuntos del país latinoamericano.
“Lo que está pasando en este país centroamericano es un asunto puramente interno, advertimos contra los intentos destructivos de interferir (en la situación) desde el exterior”, así lo indicó en un comunicado publicado en el portal web de la Cartera rusa de Exteriores.
La misiva informa que Moscú está convencido de que “en el contexto actual el Gobierno y el pueblo de Nicaragua son capaces de buscar soluciones pacíficas a las dificultades encontradas”.
Las declaraciones se originan en el marco de las acciones violentas que se desataron el 18 de abril, que han dejado un saldo de 34 personas sin vida, por la aplicación de reforma relativa al Sistema de Seguridad Social promovida por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
Con respecto a la pérdida de vidas producto de la violencia orquestada en las protestas Rusia expresó “sus condolencias a las familias, parientes y amigos de los fallecidos” de Nicaragua.
La reforma de Ortega tenía previsto una reducción del 5 % de las pensiones y que la contribución de empresas y trabajadores aumentara a fin de rescatar al Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS). Dicha medida con la que el Gobierno nicaragüense pretendía recolectar 250 millones de dólares (203 millones de euros), fue anulada el domingo, sin embargo, las protestas continuaron.
Por su parte, Estados Unidos apoyó el domingo a los manifestantes y culpó al Gobierno de Nicaragua de usar la “fuerza excesiva” contra la gente.
Ortega denunció el sábado que detrás de las protestas había una conspiración orquestada por grupos opositores del país, financiados por el Gobierno estadounidense, y el narcotráfico, sin embargo. No obstante, accedió a dialogar con los empresarios.