El Centro Cultural Museo y Memoria Neltume y la Casa Memoria José Domingo Caña, dieron a conocer que se verán obligados a cerrar sus puertas hasta nuevo aviso, debido a un retraso en la asignación de los fondos, que los tendrá sin recursos hasta septiembre de este año.
Esta situación se presenta un año después de la puesta en marcha del Programa Sitios de Memoria, una iniciativa aprobada por el Presidente Gabriel Boric para solucionar la falta de recursos para estos espacios.
Tras registrarse demoras administrativas en el proceso correspondiente al 2024, la asignación de los recursos quedó fijada para el próximo mes de agosto, lo que ocasiona que los centros de memoria no tengan financiamiento total para cubrir su funcionamiento durante lo ocho primeros meses de 2024.
A esto se suma a un cambio en la modalidad del programa que, según denuncian las organizaciones, lo transformará en un nuevo fondo concursable, por lo que no habría garantía sobre la continuidad en la entrega de los recursos, consignó Diario y Radio Universidad de Chile .
Ante este complejo escenario, los centros de memoria señalan que ni siquiera cuentan con los recursos suficientes para pagar los sueldos de sus colaboradores.
Angélica Navarrete, presidenta de la directiva Centro Cultural Museo y Memoria Neltume, declaró al medio citado que una de las condiciones para poder postular al fondo era que debían renunciar a los recursos que hasta entonces percibían como sitio colaborador.
“Nos integramos a este nuevo presupuesto, que en un inicio se nos dijo que sería de asignación directa. Y estando ya dentro del proyecto nos anuncian que va a ser un fondo concursable”, dijo Navarrete.
Sin embargo, a pesar de estos cambios el centro de Neltume logró ser seleccionado entre los espacios beneficiados por el programa para el 2023.
Los problemas se originaron este año, cuando el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural -entidad a cargo del Programa Sitios de Memoria- anunció que el mecanismo volvería a ser a través de concurso. “
En conversaciones con la encargada del proyecto, nos dijo que estaban tramitando con la Dirección de Presupuestos (Dipres) porque, ante la situación de las fundaciones, al parecer se quería hacer el proyecto nuevamente concursable. Para nosotros no era novedad porque nunca fue un fondo de asignación directa”, relató,
“Al hacerlo concursable, necesitábamos que nos entregaran las bases, pero nos dijeron que se la iban a jugar para que el fondo fuera de asignación directa para los sitios que estábamos dentro del programa”, recuerda Navarrete. Ante esa premisa, el centro administró los contratos de los nuevos colaboradores pensando en la continuidad de los recursos.
“Cada vez que se nos llamó, nos decía que faltaba un poco, que todo esto estaba en tramitación, que se iba a resolver y al parecer de manera favorable, y así fue la conversación. Hasta que llegamos a marzo y no pasó absolutamente nada. Y nosotros con el equipo trabajando en pos de todas las actividades que había que sacar, hasta cuando finalmente, en una reunión del 5 de abril, nos citan con la directora de Patrimonio y nos dicen que va a ser concursable, y que se va a abrir para los otros 50 sitios de memoria que hay a través del país. En el fondo, que no hay ninguna posibilidad de resolución ni de bajada de recursos antes de agosto o septiembre”, agregó.
Navarrete aseguró que el argumento empleados por los encargados del programa para justifica el retraso en el proceso de entrega de los recursos, eran una serie de observaciones hechas por la Dipres.
“Nunca se nos mandó la información. Se nos dijo que lo iban a manejar ellos, los encargados técnicos del programa, y que no nos preocupáramos porque ellos lo iban a resolver. Finalmente llegamos a esta situación, para la que ningún sitio estaba preparado. En el caso nuestro, no tenemos otro financiamiento, además que veníamos de antes con un programa armado porque éramos de los sitios colaboradores y no despedimos a la gente. Eso nos generó dejar debiendo un mes de sueldo a los trabajadores“, explicó.
“Para nosotros es sumamente grave porque somos sitios de memoria que trabajamos con violaciones de derechos humanos y, a la vez, nos convertimos en violadores de derechos como es el derecho al pago, a la retribución por un trabajo que ya está realizado, y lamentablemente no tenemos cómo resolverlo”, afirmó al medio citado.
Mismo escenario en la Casa Memoria José Domingo Cañas
La situación que experimenta la Fundación 1367 Casa Memoria José Domingo Cañas es similar. “Se nos dijo que habría continuidad porque así se pensó, como un programa que entrega continuidad y sostenibilidad a los sitios, pero para que esto sea efectivo se requiere que los recursos estén de enero a diciembre”, señaló Marta Cisterna Flores, integrante del directorio.
Asimismo, confirmó que uno de los problemas que atraviesan es el de la concursabilidad.
En el caso específico de José Domingo Cañas, Cisterna señaló que «por un lado, genera precarización e inestabilidad laboral para las personas que trabajan en el sitio de memoria».
«Tenemos que hacer contratos de honorarios hasta diciembre, porque también, dentro de lo que es la patrimonialización y el cuidado del patrimonio, nos afecta el hecho de no tener una producción de recursos para poder hacer mantenimiento, por ejemplo, en el sitio”, planteó.
“Y también porque no podemos proyectar trabajos en el tiempo en las distintas áreas, porque no sabes hasta cuándo vas a tener a la gente en los equipos que se van formando”, agregó. S
Según Cisterna, otro punto que genera desconcierto es la pugna uy competencia que se produce entre organizaciones hermanas. “También nos afecta el que año a año tengamos que estar disputando entre los sitios estos fondos, porque implica una disputa de recursos entre organizaciones hermanas, que no debiéramos estar compitiendo. No sobre esta lógica neoliberal que nos obliga a competir”, sentenció.
Ante la falta de recursos, la Casa José Domingo Cañas deberá suspender su funcionamiento.
“No tenemos con qué pagarle a nuestro personal. De hecho, ya tuvimos que despedir gente. Accedimos a algunos fondos para enero y febrero, pero no para todo el personal. Y entonces hubo que reducir. Nosotros tenemos una necesidad mínima de ocho personas funcionando en el sitio. En este minuto somos 4 personas, pero con esto que nos sucede ahora también se viene el cierre del sitio de memoria. Tampoco podemos cumplir los compromisos con diversas entidades, como los estudiantes en práctica profesional que están con nosotros y que ya iniciaron el año, o los pasantes extranjeros que están en el sitio de memoria. Porque alguien tiene que trabajar con esa gente. Igualmente afecta las visitas que tenemos al sitio, de universidades, colegios, sobrevivientes. No tenemos a nadie para recibirlos”, explicó Cisterna.
Mencionó además la falta de dinero para cuidar y mantener el archivo que se encuentra dentro del centro, así como las instalaciones de la casa.
A su juicio ,toda esta situación relacionada con la falta de fondos podría tener incluso un trasfondo político.
“Pensamos que se esconde bajo este supuesto criterio técnico, que para nosotros lo que hace es fortalecer a la desmemoria y al negacionismo, porque no se nos permite hacer la labor para la que estamos los sitios de memoria. Se nos dice muy livianamente que tengamos paciencia, pero no es un tema de paciencia. Yo no puedo decirle a la gente ‘no coma, no viva, porque tenemos que tener paciencia durante cuatro meses’. Nos están diciendo que recién en agosto estarían las bases y, por lo tanto, los recursos llegarían en septiembre, casi todo el año sin fondos. Es brutal, porque tampoco no sabemos si lo vamos a ganar o cuántos recursos se nos van a entregar”, cerró.
¿Qué dice el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural?
Consultados por Radio y Diario Universidad de Chile, desde el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural plantearon que la demora en torno al proceso del Programa Sitios de Memoria se relaciona con una revisión minuciosa de los presupuestos.
“Por tratarse de una iniciativa nueva, y con el objetivo de cumplir con los máximos estándares de transparencia, la ejecución de este presupuesto ha sido sometida a una cuidadosa revisión. El Serpat ha respondido al respecto todas las observaciones y consultas técnicas emanadas desde otras entidades del Estado y espera contar en el más breve de los plazos con el visto bueno para ejecutar estos recursos, pues entiende las necesidades de las organizaciones y entidades a las que están destinados”, señalaron en un comunicado.
Al ser capsulado en concreto, sobre la asignación de fondos a los sitios de José Domingo Cañas y Neltume durante el 2023, el servicio indicó que “independientemente de los fondos asignados en el Presupuesto de la Nación a estas y otras instituciones colaboradoras, el Servicio Nacional del Patrimonio creó en 2023 el Programa Sitios de Memoria, para el cual la Ley de Presupuesto 2024 incluyó una partida de mil 132 millones de pesos destinados a generar una política pública en este ámbito, fundada en la sostenibilidad patrimonial y la implementación de un trabajo de mediación memorial y patrimonial con las diversas comunidades”.
En el escrito, el organismo reafirmó su compromiso con los espacios de memoria: “Nuestro servicio tiene la convicción de que los sitios de memoria son fundamentales para la democracia y su calidad, por lo que ratifica su profundo compromiso con las comunidades de memoria, sus saberes, experiencias e historia”, aseguraron.
Sigue leyendo: