“Un día estábamos en casa y mi padre me dijo que nos íbamos a Nigeria. Allí había una mujer y mi padre me vendió. Cuando cogió el dinero, me dijo que esperara, que iba a comprar pan. Yo me quedé callado. Se fue”. Rachidi había sido vendido por 50 euros (unos $40.000 pesos chilenos), sin más explicaciones. Tenía solo 11 años cuando fue obligado a trabajar en el servicio doméstico, rodeado de gente que desconocía.
Fue explotado y maltratado por aquella mujer, hasta el día en el que decidió huir y tuvo la suerte de dar con gente dispuesta a ayudarle. El suyo es uno de los testimonios del documental «No estoy en venta», que denuncia la situación en la que viven más de 1,2 millones de niños y niñas víctimas del tráfico de menores, de los cuales el 32% son africanos, según la Organización Mundial del Trabajo.
El vídeo, elaborado por Misiones Salesianas bajo la dirección de Raúl de la Fuente, pone el foco especialmente en Benín y en el trabajo del Centro Don Bosco Porto Novo, que se ha convertido en un referente nacional en la lucha contra el tráfico infantil y que acoge a una treintena de niños y niñas como Rachidi.