#UnDíaComoHoy hace 32 años, se estrenaba La República Perdida, una de las películas más impactantes de la vuelta de la democracia argentina, año en el cual la Argentina dejaba atrás un pasado de un gobierno dictatorial, dándole la bienvenida a la vuelta de la democracia, tras largas jornadas de ausencia.
El documental del director Miguel Pérez, se basa en el “Proceso de Reorganización Nacional” que se llevó a cabo desde 1976 hasta 1983, proceso más conocido como la dictadura. Proceso que se cargó vidas de personas que no pudieron dejar en el viento sus pensamientos, se cargó ideologías, se cargó los sueños de muchos jóvenes que no pudieron luchar por un país mejor.
Las represiones llevadas a cabo bajo el proceso militar se ocuparon de quemar libros, destruir archivos y documentos por diferencias políticas, ideas no correspondidas, entre otros factores que agravaban la libre expresión y se olvidaban de aquello que le corresponde a cada hombre, los Derechos Humanos.
La película tiene un fuerte compromiso con darle a la Argentina recién salida de represión y ceguera, la oportunidad de recuperar su historia y su pasado, apelando a la unión nacional a partir de bases fuertes judiciales y una verdad que llevará a la sanación de las heridas del país.
La película da a reflexionar sobre lo que se ha perdido, incitando a sacar los miedos, el odio a la represión y autoritarismo y da lugar a un nuevo escenario para recuperar el terreno que a la fuerza había sido sacado.
Pensar en el momento en que fue estrenada esta película, el contexto de una sociedad muy golpeada, que había perdido su alma, que había sido despojada de sus derechos, donde sus jóvenes desaparecieron de la arena del debate con sus voces opacadas por silencios forzosos.
Si hacemos un paralelismo con aquellos años, hoy podemos decir, gracias a noticias como la de ayer con la recuperación de la nieta número 117, que parte del terreno perdido se ha recuperado, pero que aún queda mucho más por recuperar.
El documental te transporta a una reflexión, situándote en aquellos momentos donde se creía haber perdido todo. Por suerte, así dicen, lo mejor de tocar fondo es que más abajo no se puede ir, es decir que queda todo por ganar, es decir, recuperar.
Nicole Moscovich
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