Al menos 2,7 millones de niños viven acogidos en instituciones en el mundo, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que insta a los gobiernos a prevenir la separación familiar en lo posible y a facilitar hogares de residencia.
En una nota de prensa remitida a Efe, el director asociado de Protección Infantil en Unicef, Cornelius Williams, afirma que los niños acogidos en orfanatos o instituciones, «que ya son vulnerables debido a la separación familiar, están en un mayor riesgo de sufrir violencia, abusos o daños a largo plazo en su desarrollo cognitivo, social y emocional».
Las cifras de niños en régimen de acogida por instituciones las ha publicado hoy Child Abuse & Neglect, y, según Unicef, «son probablemente sólo la punta del iceberg», pues aseguran que existe mucha inexactitud en la recogida de datos y en los registros de la mayoría de los países. Para el responsable de Protección Infantil de la organización, «la prioridad es evitar la acogida institucional» y mantener a los niños con sus familias, «especialmente en los primeros años».
Las datos a los que se refiere Unicef han sido recopilados en 140 países e indican que Europa central y del este tienen las mayores tasas del mundo de acogidas infantiles en instituciones, con 666 niños de cada 100.000 viviendo en estos lugares, cinco veces más que la media mundial, que es de 120 niños por cada 100.000.
Los países industrializados, Asia oriental y la región del Pacífico ocupan el segundo y tercer lugar, con 192 y 153 niños por cada 100.000, respectivamente, según refleja la nota de Unicef.
Asimismo, destaca que muchos países siguen careciendo de un sistema funcional para recoger cifras exactas del número de niños en situaciones de cuidado alternativas, que en muchos casos no se contabiliza oficialmente el dato real de los que viven en instituciones y que a menudo los que están en centros privados no se registran.
Por ello, la especialista en estadística de Unicef y coautora del estudio Claudia Cappa ha reivindicado que los gobiernos tengan listados «exactos y completos» de las instalaciones de acogida y que hagan «recuentos regulares de los niños que viven en ellas».