Revive el movimiento #BlackLivesMatter en Estados Unidos. El epicentro de las protestas es el condado de Kenosha, estado de Wisconsin, aunque ya se extendieron a otras ciudades. El gobernador de esa entidad, Tony Evers, decretó “estado de emergencia” y amenazó con desplegar más tropas militares para contener a los “saqueadores y pirómanos” que -asegura- actúan contra edificios públicos y empresas.
Las protestas se reavivaron el domingo 23 de agosto, tras difundirse en redes sociales el video de un oficial blanco del departamento de policía local disparando siete veces a un hombre negro por la espalda. La víctima se identificó como Jacob Blake, quien permanece hospitalizado, quedó paralizado de cintura para abajo. Su familia reveló que lo más probable es que nunca vuelva a caminar
El video, grabado por un transeúnte, muestra a Blake -de 29 años- caminando alrededor de un automóvil en la calle mientras varios policías lo rodean. Al tratar de entrar en su vehículo por la puerta del conductor, un oficial abre fuego y le dispara.
Un reporte de The Guardian citó al abogado de derechos civiles Benjamin Crump, quien develó que los tres hijos pequeños de Blake estaban en el automóvil cuando ocurrió el crimen. «Vieron a un policía disparar contra su padre», escribió. “Estarán traumatizados para siempre. No podemos permitir que los oficiales violen su deber de protegernos. Nuestros niños se merecen algo mejor», añadió.
De acuerdo con medios estadounidenses, los agentes fueron llamados a una dirección el domingo después de que una mujer informara que «su novio estaba presente y se suponía que no debía estar en las instalaciones».
Los abogados de Blake argumentaron que su defendido trataba de «atenuar un incidente doméstico» cuando la policía sacó sus armas. Mientras estaban allí, intentaron arrestarlo, inicialmente usando una pistola Taser. Pero, luego de que Blake abrió la puerta del auto, el oficial Rusten Sheskey, activo en el Departamento de Policía durante siete años, le disparó siete tiros en la espalda.
Las reacciones “oficiales”
El cuerpo de policía se limitó a decir que los efectivos respondieron a un informe de violencia doméstica, aunque la denuncia no involucraba a Blake, según sus abogados.
En tanto, el Departamento de Justicia de Wisconsin investiga el caso y aseguró que los agentes involucrados «han sido puestos en licencia administrativa». Al terminar la investigación, entregarán sus hallazgos a un fiscal, quien se encargará de decidir si continúan con el caso.
El pasado lunes, Josh Kaul, fiscal general del estado, afirmó: «Vamos a investigar de manera enérgica y completa los hechos de este caso (…) Nuestra búsqueda de justicia será inquebrantable».
Dos días después, Kaul confirmó en conferencia de prensa que el oficial Rusten Sheskey le disparó a Jacob Blake siete veces en la espalda cuando abría la puerta de su automóvil. Agregó que los oficiales encontraron un cuchillo en el auto, pero no otras armas.
¿Investigación federal en Wisconsin?
En tanto, el Departamento de Justicia inició una investigación federal y ya envió 200 agentes del FBI y alguaciles hasta Kenosha.
Por su parte, el presidente Donald Trump respondió como tiene a su pueblo acostumbrado: amenazando a los manifestantes con enviar más tropas de la Guardia Nacional para combatir «el saqueo, los incendios provocados, la violencia y la anarquía en las calles».
Horas después, el gobernador Tony Evers le siguió el juego y advirtió que autorizaba a 500 soldados a apoyar los esfuerzos policiales en medio de “preocupaciones” por una mayor violencia.
En ese orden de ideas, les siguió el fiscal Kaul, quien calificó la violencia en las calles -más no la represión ordenada- como «despreciable». Incluso, llegó a decir que algunas personas «involucradas en actividades destructivas no son de la ciudad de Kenosha ni del estado de Wisconsin (…) Todo lo que están haciendo es crear el caos».
Las protestas de calle
El crimen provocó inmediatamente una ola de protestas en Wisconsin que se ha extendido durante toda la semana, algunas de ellas violentas. Asimismo, las manifestaciones han llegado a otras ciudades como Portland, Oregón y Minneapolis, Minnesota.
Precisamente, Minnesota fue el renacimiento del movimiento #BlackLivesMatter a finales de mayo, tras el asesinato de un afroamericano desarmado, George Floyd, asfixiado por un policía blanco con su rodilla, mientras el ciudadano estaba tirado e inmovilizado sobre el pavimento.
Lamentablemente, en medio de las protestas en Kenosha, el martes 25 de agosto dos personas murieron y otra resultó herida en un ataque con armas de fuego presuntamente perpetrado por un “vigilante blanco” armado.
El Milwaukee Journal Sentinel informó que se trató de un enfrentamiento entre manifestantes y hombres armados, quienes afirmaron que estaban «asegurando» una estación de servicio.
Desatada la violencia racista
El video que circula en redes sociales muestra a un joven blanco, sosteniendo un rifle, huyendo de un grupo de manifestantes después de los primeros disparos. Las imágenes parecen mostrar a este hombre cayendo al suelo y luego disparando múltiples tiros hacia este grupo. Luego cayeron otras dos personas, reseñó The Guardian.
Tras este incidente, la policía arrestó a Kyle Rittenhouse, de 17 años, en Antioch, Illinois, y se le imputará el delito de homicidio en primer grado. Sus víctimas eran dos personas de 26 y 36 años de edad.
Un portavoz de la Asociación de Policía Profesional de Wisconsin le dijo a la BBC que los individuos y grupos estaban ejerciendo su propia forma de «vigilantismo», porque para ellos la aplicación de la ley está muy dispersa.
Al respecto, el gobernador de Wisconsin renovó su impulso para reformas policiales para limitar la mala conducta de las fuerzas del orden. Por ello, firmó una orden ejecutiva que ordena que los legisladores estadales reunirse en una sesión especial este 31 de agosto para sopesar nueve proyectos de ley de reforma policial.
“Vigilantes blancos” de Wisconsin
Un grupo de Facebook, que se refiere a sí mismo como la Guardia de Kenosha, instó a sus seguidores a dirigirse al centro y «defender» la ciudad, señaló el Milwaukee Journal Sentinel. “¿Algún patriota dispuesto a tomar las armas y defender [nuestra] ciudad esta noche de los malvados matones? [Sin duda] ¡Actualmente están planeando que la próxima parte de la ciudad se queme esta noche!».
El grupo es prácticamente desconocido y no está claro si existe más allá de Facebook. Su fundador, Kevin Mathewson, de 36 años, es un exconcejal local conocido por chocar con los funcionarios de la ciudad. Esta semana dijo que la Guardia de Kenosha es menos una organización estructurada que un «llamado general a las armas».
Además, aseguró que él y otros hombres armados se reunieron primero cerca de las protestas en el juzgado de Kenosha el martes por la noche. Luego, se dispersaron en diferentes direcciones y algunos regresaron a sus casas para vigilar sus vecindarios.
The Guardian reseña que el grupo comunicó que «no sabían» si Rittenhouse respondía al “llamado a las armas de la Milicia de la Guardia de Kenosha».
De momento, se decretó toque de queda nocturno en la ciudad, desde las 19:00 hora local, hasta las 07:00 de la mañana del domingo próximo. Los líderes comunitarios han instado a la gente a respetar el toque de queda.
Incluso, la familia de Blake hizo una emotiva defensa del valor de la vida. Pese a la terrible situación que viven, pidieron el fin de las violentas protestas que estallaron en Wisconsin, reseñó HispanTV.
Julia Jackson, madre de Jacob, llamó a la unidad y dijo que estaba rezando por los oficiales de Policía. Sin embargo, se mostró decepcionada por los disturbios. “No refleja a mi hijo ni a mi familia (…) Si Jacob supiera que eso es lo que está pasando, la violencia y la destrucción, estaría muy molesto”.
Lo último que se sabe de Blake es que está paralizado de cintura para abajo, posiblemente de forma permanente. Tiene agujeros en el estómago, daños en el riñón y el hígado y probablemente deban extirparle el colon y el intestino delgado, según sus abogados.
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