La estrella que comunmente acostumbramos a ver en los símbolos navideños no es lo que creíamos. A medida que estudian los movimientos de planetas y estrellas, los expertos cuestionan las teorías que aseguran puede tratarse de diversos eventos astronómicos inusuales.
En este sentido, cuestionan que los Reyes Magos pudieron divisar un cometa, un eclipse, una alineación de planetas, una supernova o una nova.
En realidad el tema de la estrella con una cola o un destello de luz, no es cosa nueva, ya que desde el Renacimiento comenzaron a aparecer escenas del portal de Belén con la tradicional estrella, representada por un cometa con su insigne estela alargada.
¿Un cometa?
Existe un cometa denominado ‘cometa de Navidad’ que brilla en el cielo nocturno desde hace algunas semanas, y el pasado 16 de diciembre tuvo su máximo acercamiento al planeta, así como lo ha hecho en los últimos 400 años, a una velocidad de 34.000 kilómetros por hora.
Por otra parte, también está el cometa Halley, que según la ciencia, fue visible en el año 12 antes de Cristo.
Algunas pruebas sugieren que la Natividad tuvo lugar hacia los años 5 o 6 a. C., muy próxima a la fecha de un eclipse total de Luna hacia el 5 a. C., por lo que el paso de Halley está desfasado temporalmente.
Adicionalmente, no hay registro de observaciones de otros cometas en la época, especialmente brillantes a los cuales se les pueda atribuir el fenómeno.
¿Una conjunción planetaria?
El astrónomo Johannes Kepler sugirió en 1604 que el avistamiento de lo que conocemos como «estrella de Belén» es producto del encuentro en los cielos de Júpiter y Saturno, también llamado conjunción planetaria, que tuvo lugar tres veces en el año 7 a. C.
¿Una supernova?
A la estrella de Belén, por ser un evento luminoso, también se le ha comparado con una supernova. Este fenómeno genera un gran destello, producto de una explosión que tiene lugar en las etapas finales de una estrella.
Su luz es tan intensa que puede superar el brillo de millones de estrellas que componen la galaxia en la cual se produce, y perdurar por varias semanas o meses. Sin embargo, no hay reportes de objetos en la época que puedan corresponder a supernovas.
Tambien, existen las llamadas novas, menos brillantes que las supernovas, pero que también pueden durar varios días.
Hay reportes de que los chinos y los coreanos observaron una nova en el año 5 a. C., que pudo brillar durante unos 70 días. Las características parecen corresponder a la descripción de los hechos históricos, pero no hay certeza exacta sobre su posición, que tampoco está descrita en las observaciones encontradas.
La teoría que más se acerca
Ocurrió el 12 de agosto del año 3 a. C., cuando Venus y Júpiter salieron sobre el horizonte al oriente, brillando intensamente como el objeto que pudo llamar la atención de los Reyes Magos y marcaría el momento en que comenzaron su travesía.
Seis meses despues, el planeta Júpiter se encontraba hacia el horizonte occidental, coincidiendo con la ubicación sobre Belén. Incluso, Júpiter fue protagonista de seis conjunciones en un espacio de 427 días, entre el 12 de agosto (3 a. C.) y el 18 de octubre (2 a. C.), tres de ellas con Venus, y las otras tres con la estrella Regulus.
Por esta razón, la señal completa del nacimiento de Jesús incluiría las seis conjunciones de Júpiter de manera simultanea mientras que el planeta transitaba en el cielo por las constelaciones de Leo y Virgo.
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