La historia de los ancianos japoneses que roban para vivir gratis en prisión

Desde hace 20 años se disparó el número de delitos, especialmente robos, cometidos por mayores de 65 años en la nación asiática

La historia de los ancianos japoneses que roban para vivir gratis en prisión

Autor: Marian Martinez

La pobreza y la soledad se han convertido en una combinación fatal para los jubilados de Japón. Abandonados y abrumados por sus problemas, hallaron tras las rejas, en prisión, un salvavidas.

En una investigación que desarrolló BBC Mundo se revela que desde hace 20 años se disparó el número de delitos cometidos por personas mayores de 65 años.

Pero la situación no se queda allí, pues además se presenta la particularidad de la reincidencia, usada para regresar a la cárcel porque allí consiguen las tres comidas y, también, alguna compañía.

El panorama es el siguiente: en 1997, una de cada 20 condenas era para personas de este grupo y ahora esa tasa se ubica en más de una de cada cinco.

Las prisiones se han convertido en un salvavidas. Foto: BBC Mundo.

Uno de ellos, Toshio Takata, de 69 años, relató a BBC Mundo que llegó a la edad de jubilación y cuando se quedó sin dinero pensó en la cárcel como opción para vivir gratis.

Entonces, puso en marcha su estrategia. Se robó una bicicleta y él mismo se presentó en la comisaría para reportarlo. En ese momento tenía 62 años. Pagó un año de prisión y, cuando salió, amenazó a unas mujeres con un cuchillo para que lo denunciaran.

Aún sigue en la cárcel, pero no tiene previsto volver a delinquir cuando cumpla esta última condena. «No es que me guste, pero ahí puedo vivir gratis. Y cuando salgo, tengo ahorrado algo de dinero. Así que no es tan grave», contó.

Ese dinero, la pensión que sigue cobrando así esté preso, es también uno de los impulsores de esta particular tendencia.

Michael Newman, un demógrafo de la empresa de investigación Custom Products Research Group, con sede en Tokio, indicó que es muy difícil vivir con la «miserable» pensión básica de Japón.

Takata prefirió volver a la cárcel que quedarse en su casa. Foto: BBC Mundo.

De acuerdo con los datos que presentó en 2016, esos recursos no alcanzan para cubrir los gastos de alquiler, comida y atención médica, por lo que estas personas terminan endeudadas.

«No conseguía llevarme bien con mi esposo. No tenía dónde vivir ni dónde quedarme. Así que robar se convirtió en mi única opción. Incluso mujeres de 80 años que no pueden ni caminar cometen delitos. Es porque no tienen comida, ni dinero«, contó una japonesa de 70 años a la BBC.

Los crímenes que más cometen son el robo en tiendas, los cuales en los tribunales japoneses se tratan como algo serio.

El abandono, la soledad

Más allá de los problemas económicos se encierra otra razón. Los hijos ya no se hacen cargo de sus padres y, lo más alarmante, es que el suicidio se está convirtiendo también en una alternativa.

«La relación entre las personas ha cambiado. Las personas están más aisladas. No encuentran su lugar en esta sociedad. No pueden soportar la soledad«, dijo Kanichi Yamada, de 85 años, uno de los sobrevivientes de Hiroshima.

Asimismo, acotó que entre los ancianos que cometen delitos, muchos vivieron un punto de inflexión en la mitad de su vida. «Hay un desencadenante. Pierden a la esposa, o a un hijo, y no pueden lidiar con eso… Por lo general, la gente no delinque si alguien cuida de ellos y los ayuda», explicó.

Por su parte, el Gobierno japonés solo ha ampliado la capacidad de las prisiones y reclutó a más mujeres como guardias.

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