Un total de 1,5 billones de dólares pertenecientes a ciudadanos latinoamericanos se encuentra invertido en paraísos fiscales, lo que equivale casi al 28 % de la riqueza de la región, según el Reporte Global de Riqueza 2017 difundido hoy por la firma The Boston Consulting Group (BCG).
La riqueza privada de Latinoamérica creció el pasado año 8,7 %, con lo que alcanzó 5,4 billones de dólares, señaló el estudio.
Latinoamérica, la región más desigual del mundo, fue sólo superada por Asia Pacífico, mercado emergente que registró un alza en la fortuna de particulares de 9,5 %.
El crecimiento latinoamericano se debió principalmente a la creación de riqueza por concepto de salarios y ahorro, a la apreciación de los activos y al desempeño favorable de los mercados accionarios.
En el caso de Chile, la riqueza privada que está invertida en paraísos fiscales es de 7,2 % y equivale a 28.636 millones de dólares.
El informe de BCG precisa que 115 familias chilenas manejan el 12,7 % de la fortuna del país, lo que supone 50.018 millones de dólares.
El resto del capital, de 343.062 millones de dólares, está distribuido entre más de 4,7 millones de familias, en las cuales el el grueso de los activos se gestiona dentro del país.
«La concentración de la riqueza total es muy grande en Chile, donde el porcentaje es más alto que el promedio de la región, comparable a otros dos países con mucha concentración, como México y Brasil», dijo el socio de Boston Consulting Group Jorge Becerra.
En 2016, la acumulación de capitales de particulares subió al 14 % en Colombia y al 10 % en México, lo mismo que en Brasil, pese al período de inestabilidad política que vive ese país y al bajo precio de las materias primas.
En el caso de Chile, la clase media posee mayor cantidad de recursos que cualquier otro país de Latinoamérica, pese a la posesión de la riqueza por parte de unas cuantas familias, dueñas además de las principales empresas del país.
Eso ocurre, debido al «fenómeno de la privatización de las pensiones», que pone los ahorros para la jubilación a nombre de los ciudadanos, indicó Becerra.
Actualmente en Chile hay un fuerte debate respecto a la administración de estos fondos de pensión por parte de empresas privadas, toda vez que gran parte de la ciudadanía cuestiona este modelo.
Para llevar a cabo este informe, Boston Consulting Group recopiló durante información sobre el ahorro particular, acciones y bonos, excluyendo a empresas y propiedades.
Asimismo, cuantificó el valor de los activos financieros líquidos invertibles y el alcance de las sociedades «offshore» que estén declaradas.
«Ha habido mucho interés en los activos ‘offshore’. Si crecen más rápido, si la oferta de los bancos es distinta, si esos activos están declarados o no», detalló Jorge Becerra respecto al interés que suscita esta publicación.
Agregó que el negocio de los paraísos fiscales «no está en riesgo», pese a la «esperada convergencia» entre inversiones «offshore» y «onshore» a futuro.
Becerra señaló que los gobiernos deben crear las condiciones para que los activos de los empresarios sean gestionados en su propio país y no se vayan al extranjero, donde aparentemente las condiciones son más favorables.
Respecto a la reforma tributaria impulsada por el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, que buscó homologar la carga tributaria de Chile con los países de la OCDE, el socio de Boston Consulting Group indicó que los inversionistas ponen más atención a la seguridad y estabilidad social que a los impuestos que deben pagar.
La riqueza de Chile totalizó en 2016 los 393.080 millones de dólares, que corresponde a 7,2 % de los capitales privados de Latinoamérica.
Los países de la región concentran alrededor de 3,2 % de los activos gestionados del mundo, distribuidos en acciones (11 %), bonos (37 %), además de efectivo y depósitos (52 %).