Alemania, que representa un alto porcentaje del conjunto de la eurozona, gracias principalmente a su comercio exterior constituyó un factor que redujo los niveles de caída en la actividad económica de la región. Pero en el cuarto trimestre de 2012 también experimentó cifras negativas. La principal razón de su cuadro contractivo, de acuerdo a los antecedentes proporcionados por su oficina de estadísticas, se debe al deterioro de las economías de la región, particularmente de las que enfrentan situaciones más difíciles (Italia, España, Portugal, incluso Francia). Es claro, no es la única razón. Alemania también paga el costo de las políticas de austeridad que impone en la eurozona, que en su caso condujeron a que en 2012 lograse un superávit fiscal de 0,1%, saliendo de la situación de déficit de los años precedentes. Berlín se adelantó en llevar a la práctica los acuerdos de Pacto Fiscal suscritos por la generalidad de los países de la Unión Europea y que conduce en un horizonte de pocos años a que solo se puedan registrar déficits presupuestarios extraordinariamente bajos. Una vez más se comprueba la afirmación de los efectos negativos que producen las políticas de austeridad en economías en recesión o con bajos niveles de actividad económica y que la preocupación debería ser, al revés, potenciar el crecimiento económico que, por lo demás, tiene un efecto positivo en los ingresos fiscales, ya que los incrementa. La crisis de la eurozona necesariamente estuvo presente durante la cumbre Celac-UE, identificándose Piñera plenamente con las duras políticas de austeridad aplicadas a las cuales entregó su respaldo.
Alemania: cifras de actividad pasaron a rojas
La Oficina Federal de Estadísticas germana (Destatis) estimó provisionalmente que el producto interno bruto de Alemania del último trimestre de 2012 fue negativo en un 0,5% con relación a julio-septiembre, lo cual significa un nivel de contracción en términos anualizados de 2%. Es la mayor reducción desde el primer trimestre de 2009, cuando la economía mundial vivía la Gran Recesión, momento en que descendió en relación a los tres meses precedentes en 4,1%, sobre 16% en cifras anualizadas. En el intertanto en los tres últimos meses de 2011 también experimentó un decrecimiento. En términos interanuales, la producción de bienes y servicios de octubre-diciembre de 2012 fue positiva en un 0,7%, porcentaje que sugiere “sin mucho margen de duda –comentó El País- que el auge ha tocado a su fin. La recesión de la eurozona ya afecta a Alemania” (20/01/13).
Alemania: Variación trimestral del PIB 2009-2012
(Fuente: Destatis. En porcentajes con relación al trimestre anterior)
Trimestre | % Var. | Trimestre | % Var | Trimestre | % Var | Trimestre | % Var |
2009, primero | -4,1 | 2010,primero | 0,7 | 2011, primero | 1,2 | 2012, primero | 0,5 |
segundo | 0,2 | segundo | 2,2 | segundo | 0,5 | segundo | 0,3 |
tercer | 0,9 | tercer | 0,7 | tercer | 0,4 | tercer | 0,2 |
cuarto | 0,7 | cuarto | 0,6 | cuarto | -0,1 | cuarto | -0,5 |
El organismo estadístico señaló que la causa principal de las cifras negativas proviene del deterioro de las exportaciones al interior de la Eurozona, especialmente a las alicaídas economías del sur, lo cual no fue contrarrestado suficientemente con las ventas efectuadas a China, Rusia y países del este europeo. Con todo, las exportaciones crecieron en relación a los mismos meses de 2011 en un 4,1%, apenas algo más de la mitad al incremento registrado entonces con respecto a 2010. Las importaciones a su vez se expandieron en 2,3%.
Existe otra razón importante en la caída del producto. Alemania no es solo el gran impulsor en la eurozona de la política de austeridad fiscal sino que aplica internamente esta orientación rigurosamente. En 2012 logró un superávit fiscal de 0,1% del PIB presentado por la Destatis como un logro positivo. En 2011 había registrado un déficit fiscal de 0,8%. Así no solo cumple sobradamente con el tratado de Maastricht que establece un saldo negativo máximo de 3% del producto, sino también se anticipa en llevar a la práctica el Pacto Fiscal acordado para la región y que establece la obligación de tener a lo más un déficit extraordinariamente bajo. En su cumplimiento debe limitar el gasto público. Hace una década no tuvo reparos en violar el límite de déficit establecido en Maastricht, en cambio ahora rechaza cualquier propuesta de medida expansiva.
Es una decisión con efectos negativos en la Zona Euro y va en dirección contraria de lo sugerido por el FMI y solicitado por el presidente español Mariano Rajoy cuando se hacían públicas las cifras del PIB en el cuarto trimestre. “Creo que es el momento –manifestó Rajoy en entrevista a Financial Times-, cuando se da una necesidad de crecimiento, que aquellos que tienen capacidad de llevar a cabo políticas que generen crecimiento lo hagan” (16/01/13). Para actuar en esta dirección hay que incrementar el gasto en vez de acotarlo. “Si hay alguna lección predominante de la crisis de la eurozona –escribió Wolfgang Münchau en Financial Times- debe ser que los multiplicadores fiscales, el efecto de la austeridad en el crecimiento, se vuelven muy altos cuando (…) todos persiguen la austeridad al mismo tiempo” (08/01/13). Es lo que acontece en la eurozona al iniciarse 2013.
Mariano Rajoy insistió en sus planteamientos durante la cumbre Celac-UE, los cuales fueron nuevamente rechazados por Angela Merkel. Las políticas de ajuste de Madrid han sido extraordinariamente duras. En el curso de su visita a Chile Sebastián Piñera se identificó plenamente con su aplicación. “A usted le tocó gobernar en tiempos difíciles –le expresó-, pero también los buenos capitanes (…) se miden en mares tempestuosos. Y apreciamos mucho las reformas profundas y estructurales que se están realizando en España (…)” (26/01/13). Estas políticas tienen consecuencias sociales muy negativas. Al regresar Rajoy a Madrid estalló la denuncia de que miembros del partido popular, incluido él, habían recibido pagos irregulares durante la burbuja inmobiliaria española.
Poco después, en una conferencia de prensa conjunta con Angela Merkel, cuando la canciller germana sostenía que “(…) en Alemania pensamos que ya estamos haciendo nuestra aportación a una moneda europea robusta”, rechazando la formulación de Rajoy de que Berlín debería promover” medidas expansivas para contribuir a la recuperación de la Eurozona, Piñera la apoyó afirmando que “algunos países vivieron por encima de sus posibilidades” (27/01/13). En otras palabras, respaldó la postura de Angela Merkel de que países en dificultades, como España, deben seguir con los ajustes para ser más competitivos expresando así su identificación con las políticas de austeridad fiscal.
El Instituto de Macroeconomía e Investigación Coyuntural (IMK), dependiente de la Confederación Alemana de Sindicatos, se sumó a los planteamientos de la necesidad de flexibilizar la política de austeridad, recordando a través de su máximo directivo, Gustav Horn, la existencia de “nuevos estudios que demuestran que la austeridad estricta en una situación de enfriamiento económico frena el PIB más drásticamente de lo que se había pensado” (20/01/13). Es la conclusión a que llegó el FMI. Por eso, Horn demandó a los acreedores en la Zona Euro que “concedan más tiempo para hacer los ajustes “a los países en crisis, afirmando que la recesión en la región constituye “una loza sobre Alemania”.
La IMK no llega todavía a demandar abiertamente un necesario cambio de política, aunque plantea un incremento de remuneraciones y de las inversiones públicas. Peter Hohifeld, economista del IMK, estimó que un aumento general de los salarios germanos, entre un 3% y un 3,5% en 2013 “impulsaría la importación de productos europeos”, contribuyendo así a equilibrar las balanzas comerciales de la región, reduciendo tanto la de los países con déficit como las con superávit, que es la situación germana. “Uno de los factores de la crisis del euro –recalca Joseph Stiglitz- es que Alemania no haya abordado su crónico superávit exterior” (20/01/13). Hohifeld recuerda que en los últimos once años el promedio anual de las remuneraciones aumentó nominalmente en 1,5%, bajando por tanto en términos reales ya que la inflación fue superior, lo cual frena la demanda interna.
En 2012 finalizaron las inversiones extraordinarias fiscales aprobadas en Alemania en 2009, durante la Gran Recesión. Sin embargo, ello fue compensado desde el ángulo de la actividad económica por el incremento de la construcción residencial, estimulada por el bajo nivel de las tasas de interés y por considerarse las viviendas como un refugio frente a la inestabilidad en los mercados de renta variable.
El poderoso banco central germano, el Bundesbank, llamó la atención que la caída en los niveles de actividad se inició en el sector industrial, particularmente por la baja demanda de maquinarias y equipos que se añadió al temor que el cuadro contractivo de la región afecte en mayor medida a Alemania, lo cual también lo frena. Las medidas que en 2009 contrarrestaron la recesión como la subvención a las jornadas laborales reducidas (kurzarbeit) resultarían insuficientes de prolongarse la caída en la actividad económica. En enero de 2013, la tasa de desempleo subió al 7,4% de la fuerza de trabajo. Un año antes era 7,3%.
De adoptarse en Alemania medidas de estímulo económico ello contribuiría al aumentar su demanda interna que se incrementasen las exportaciones de los países en dificultades económicas hacia el mayor mercado de la región. En el caso de España, el incremento de las ventas al exterior, solicitada por Rajoy, se logró aumentando la competitividad de sus bienes y servicios por la vía de disminuir los costos laborales, resultado que en noviembre ya no se produjo por la profundización de la contracción regional. En octubre-diciembre, el producto español descendió 0,7% con relación al trimestre anterior con un retroceso anualizado de 2,8%. El promedio anual de la contracción fue de 1,4%, como consecuencia de acuerdo a su instituto de estadística “de una aportación más negativa de la demanda nacional compensada parcialmente por la contribución positiva de la demanda exterior” (30/01/13). Sin embargo, no se visualiza que en Alemania este cambio político vaya a darse. Al contrario, “en la víspera de las elecciones de 2013, Angela Merkel –comentó Economist Intelligence Unit-, no parece dispuesta a flexibilizar su postura fiscal, debido al tradicional conservadurismo entre los votantes y el deseo de mantener un presupuesto balanceado” (17/01/13).
En las elecciones del Estado federal de Baja Sajonia la coalición de la CDU de Angela Merkel y los liberales del FDP sufrieron una estrecha derrota, dando lugar a un gobierno socialdemócrata y verde. La CDU perdió 6,5 puntos porcentuales en relación a la elección anterior. Desde 2009, los socialdemócrata viene obteniendo sucesivas victorias en los comicios regionales. Ello lleva a Angela Merkel a mantener posiciones que no incrementen el rechazo de los sectores más conservadores y a tener una actitud muy débil frente a las medidas que se requiere adoptar.
Incidió, además, en el producto germano negativo que la inversión en maquinarias y equipos se redujo en 4,4% en relación al trimestre anterior. La inversión privada, al igual que el gasto público, tiene un efecto multiplicador en la actividad económica, incrementando al reducirse su impacto contractivo. La variación del consumo no fue suficiente para revertir esta tendencia. El desempleo, apoyándose en un sistema de remuneraciones bajas en un amplio sector de la población, se encuentra en su nivel más reducido en dos décadas, con una tasa de 5,4%, mientras las remuneraciones generales reales tuvieron en 2012 un incremento reducido.
El ministro de Economía, Philipp Roesler, a mediados de enero recortó su estimación de crecimiento para el año efectuada en octubre, disminuyéndola de 1% a 0,4%, ligeramente inferior a la del FMI (0,6%). “La economía alemana –reconoció- está sintiendo cada vez más la carga del débil desarrollo económico mundial y, en particular, de la crisis de confianza en la zona euro”, que es el mercado del 40% de sus exportaciones. Sin embargo, Berlín insiste en la necesidad de seguir con los ajustes fiscales en toda la región.
La disminución del nivel de actividad en Alemania constituye un factor muy adverso para el conjunto de la región, dificultando aún más que se puede salir en el futuro próximo de la recesión. Las Perspectivas Económicas Globales, dadas a conocer semestralmente por el Banco Mundial, considera que el producto de la eurozona volverá a ser en 2013 negativo, al igual que en 2012. Constituyendo una de las razones para que considere que el escenario económico global siga “muy frágil”. Indicando como uno de los riesgos para que en realidad su nivel sea aún más desfavorable que se produzca la paralización en las medidas para resolver la crisis en la Zona Euro.
El promedio anual de la contracción fue de 1,4%, como consecuencia de acuerdo a su instituto de estadística “de una aportación más negativa de la demanda nacional compensada parcialmente por la contribución positiva de la demanda exterior” (30/01/13). Por su parte, Mohamed El-Erian, máximo personero de Pacific Investment Management Company (Pimco), el mayor fondo de inversión en bonos del mundo, considera que la eurozona se contraerá entre 1% y 1,5% en 2013, siempre con una gran variación entre sus integrantes. “(…) mientras Alemania –detalló- podría terminar con una tasa de crecimiento cero, la economía griega se contraerá materialmente una vez más, aumentando una tendencia creciente de rechazo ciudadano, que incluye dimensiones económicas, financieras, políticas y sociales” (22/01/13).
Los hechos demuestran que al iniciarse 2013 se produjo un desfase entre la reducción de las tensiones financieras y la contracción de la economía real. España, Italia y Portugal están obteniendo financiamiento dos puntos porcentuales más abajo que seis meses antes. El mercado se calmó después de las declaraciones del presidente del BCE, Mario Draghi, asegurando que la institución a su cargo haría todo lo necesario para salvar el euro. En cambio, el curso recesivo se extendió.
Por Hugo Fazio