El dólar tuvo una importante alza este lunes, para cerrar sobre los 690 pesos, jornada que estuvo marcada por un nuevo retroceso en el precio del cobre. De este modo, el dólar marcó su valor más alto desde el 2003, en tanto el cobre el más bajo desde el 2009.
Agentes cambiarios consultados estiman que este escenario sigue muy confuso, con una mezcla de variables. Entre ellas, las que apuntan hacia el fortalecimiento del billete verde en los mercados internacionales por las expectativas de un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos. Por su parte, en Chile el peso se devalúa al disminuir las expectativas de mayores flujos de dólares por una caída del precio del cobre.
Como efecto favorable está el estímulo al sector exportador no tradicional, que recibirá más pesos por cada dólar. Sin embargo, hay, sin duda, otras consecuencias menos auspiciosas.
Esta importante alza en el dólar tendrá a mediano plazo, impacto en los precios de productos importados o con componentes importados. Uno de ellos es el precio de las gasolinas, cuyas alzas, sin embargo, se han visto matizadas por una caída del precio del crudo en los mercados. Otros efectos serán sobre el consumo de bienes y servicios, que tendrían a disminuir aún más en dinamismo de la economía, ya de por sí desacelerada.
La importación de bienes intermedios y de producción también probablemente se vea afectada con el mayor precio de dólar, fenómeno que también pude incidir en el dinamismo económico.