La noche de San Juan se celebra del 23 al 24 de junio. Medio a medio en el solsticio de verano del hemisferio norte; que es el 21 de junio, como todo el mundo sabe. Se celebra en grande. Por acá abajo, en el Sur, cae en pleno invierno. Sin embargo, como no somos muy quedados en la materia, lo celebramos igual. Para no ser menos, creamos el mito que por esos días el frío amaina, sale el sol y la temperatura sube un poco. Es muy discutible con estadístcas metereológicas en mano, pero igual ayuda a levantar el ánimo para la celebración. Aún si fuera verdad, dura un suspiro. Lo llamamos el «Veranito» de San Juan.
Las bolsas mundiales están gozando su propio Veranito de San Juan. Los países desarrollados han venido rebotando desde de marzo del 2009. Los emergentes empezaron antes, en octubre del 2008. Desde esta última fecha y el 31 de julio del 2009, los primeros han rebotado un 10 por ciento mientras los segundos lo han hecho en un 35 por ciento; en ambos casos medidos en Euros.
El veranito de San Juan de la bolsa chilena ha sido afectado por el cambio climático: ha subido un 70 por ciento entre el 10 de octubre del 2008 y el 31 de julio del 2009. Ese salto representa el alza de la bolsa y del peso en el período, puesto que asimismo corresponde a lo que ha subido la primera, expresada en Euros. En parte la culpa la tienen las AFP, que han venido especulando en la bolsa chilena con los despojos de su naufragio en el exterior.
Los fondos de pensiones se han movido al unísono. Sus pérdidas desde el inicio de la crisis se han reducido desde 18 billones de pesos a principios de marzo del 2009, a «sólo» 9 billones de pesos a fines de julio de este año, en moneda de hoy. Ello se aprecia en el gráfico siguiente, medido en pesos de julio del 2007 y actualizado día a día en www.cendachile.org en base a cifras de la Superintendencia de Pensiones.
Como una referencia, los descuentos previsionales a los salarios de un año completo suman aproximadamente tres billones de pesos. Es decir, las pérdidas se han reducido desde seis años completos de contribuciones a sólo tres. Una referencia adicional: la revalorización neta del fondo de pensiones entre 1981 y el 31 de diciembre del 2006 fue de 18 billones de pesos. Es decir, las pérdidas a principios de marzo del 2009 eran equivalentes al total de las ganancia obtenidas por el fondo a lo largo de un cuarto de siglo.
Las pérdidas han afectado especialmente a los fondos invertidos en renta variable, los que en un momento llegaron a perder un 47 por ciento de su valor en el caso del fondo A y 36 por ciento en el caso del fondo B. El fondo E, en cambio, invertido en renta fija, no ha perdido nada durante la crisis. Al contrario, se ha beneficiado con la baja de intereses y lleva ganado más de un 6 por ciento. Otro tanto ha ocurrido con el modesto fondo de cesantía. Ello se aprecia en el gráfico que sigue, actualizado día a día.
El único problema es que casi todo el rebote reciente es puro aire caliente. Una burbuja especulativa.
Las bolsas de los países desarrollados, que son las que importan porque representan alrededor del 90 por ciento del valor bursátil mundial, se ha recuperado razonablemente desde sus mínimos de marzo, impulsadas especialmente por la expectativa de recuperación del ciclo de los inventarios.
Aún en este caso, se considera que han rebotado ya demasiado puesto que las economías desarrolladas, que representan alrededor del 80 por ciento del total mundial, siguen cayendo aunque más lentamente. Después de la recesión más prolongada desde los años 1930 están aterrizando, se podría decir. Adicionalmente, se espera que sigan muy bajas por un tiempo prolongado y la bullada globalización no volverá por sus fueros al menos por varias décadas.
Sin embargo, como se ha comprobado a raíz de la crisis, los extraordinarios brincos de los emergentes no son sino «un boom especulativo empujado por el optimismo del mundo desarrollado,» como ha constatado el Financial Times. Y ninguno tanto como el que se han mandado la bolsa y el peso chilenos en los últimos meses.
A sus precios actuales, la bolsa chilena equivale hoy a 1,17 veces el producto interno bruto (PIB) del país. Como referencia, las bolsas mundiales equivalen hoy a menos de la mitad del PIB mundial y van para abajo. Ni en su punto más inflado el año 2000 llegaron a sobrepasar el valor del PIB mundial. Sin embargo, la bolsa chilena se olvidó de la crisis y alcanza magnitudes nunca vistas.
Mientras tanto, las exportaciones están cayendo a una tasa de 40 or ciento respecto del año precedente, la mayor caída desde los años 1930. En las ocasiones intermedias en que cayeron más de un 30 por ciento – a principios de los años 70 y de los años 80 -, el PIB lo hizo en más de un 15 por ciento. Ahora va para abajo en un 4 por ciento respecto del año precedente. La cesantía va para arriba, superando un 10 por ciento. En otras palabras, la cosa tiene un mal pronóstico. Lo más probable es que esto va para largo y que pasemos nuevamente del desarrollo hacia afuera al desarrollo hacia adentro, ojalá de América Latina.
Por todos estas razones, la bolsa de aire caliente de las acciones chilenas va a reventar y muy pronto. Ello arrastrará hacia abajo nuevamente a los fondos AFP invertidos en acciones.
Las autoridades nuevamente permanecerán impávidas a las advertencias, como simples espectadores de la debacle. Ahora andan diciendo que propondrán entregar a las AFP la responsabilidad de cambiar a la gente de fondo, que hoy tiene los afiliados. Ya sabemos que ellas manejan los fondos de modo de no perder en sus especulaciones allí donde tienen influencia: la bolsa chilena.
Conclusión: póngase a salvo mientras pueda. Gáneles el quién vive. Ponga sus parcialmente recuperados ahorros a buen recaudo mientras pasa la tormenta. Haga ahora lo que debió hacer a mediados del 2007. Tal como se lo sugerimos entonces. Cámbiese ahora al fondo E. Es el único que no ha perdido ni va a perder significativamente durante la crisis.
Manuel Riesco
Economista CENDA