Así titula Dani Rodrik, profesor de economía en Harvard, una nota sobre la crisis en curso, lo que nos permite conjeturar que el tipo conoce a Danton, al menos de oídas.
Puede que sepa incluso que Danton de economía no entendía un cuesco a juzgar por sus debilidades para con Louis XVI, de quién aceptó algún billete en plan coima, sobresueldo o CVA, que en esto los tratadistas difieren.
Era una época en la que los corruptos pagaban sus deslices con la guillotina, piadoso invento con el que el Dr. Guillotin imaginó abreviar los sufrimientos de quienes perdían la cabeza no precisamente por una mina, y del cual terminó por apreciar, personalmente, las virtudes.
Dani nos cuenta que él de la crisis no entiende nada, lo que no es impedimento, óbice u obstáculo para abundar en comentarios banales pero doctos, como conviene a su calidad de profesor.
De entrada Dani hace la pregunta de millón: “¿Cuánto tiempo va a durar la crisis y a qué punto va a golpear a los países emergentes?”
Si Dani hubiese leído a Andrés Velasco sabría que “aquí no hay ni habrá ninguna crisis”. Pero como no lo ha leído, responde muy sinceramente: “La respuesta va a depender de las decisiones políticas que serán adoptadas”.
Dani nos dice que Obama prometió una reacción audaz, -haciéndose eco del célebre discurso de Rossevelt en 1932-, pero que las políticas keynesianas de relance de la economía no bastan, que ellas se han limitado hasta ahora al sistema financiero y que hay que agregarle medidas destinadas a preservar el empleo.
El tipo agrega que la crisis ha mostrado la división y no la unidad de los europeos, y que si Europa quisiera pesar menos que un paquete de cabritas debiese unirse en torno a un objetivo común.
Tú te dices que para contar estas pendejadas no hace falta ser profesor en Harvard, pero debieses saber que allí es una tradición que remonta al siglo pasado. Contar pendejadas, digo. Si no me crees entérate de lo que pasó con la Harvard Economic Society en 1929…
Dani intenta sorprendernos cuando previene: “Otro parámetro a vigilar: China”. Como lo lees. Si Dani no lo sugiriese… ¿A quién se le ocurriría?
Después de advertir que “los especialistas no están de acuerdo en la tasa de crecimiento necesaria para absorber el flujo de éxodo rural” (en realidad los especialistas no están de acuerdo en nada, si no… no serían especialistas), Dani nos dice que “Si las tensiones sociales se acentúan el gobierno chino podría reaccionar por medio de la represión”.
Bueno… el gobierno chino nunca esperó a que las tensiones sociales montasen para reprimir, como no esperó ninguno de los países en los que el capitalismo se ha enseñoreado. Para saberlo ni siquiera hay que ser economista, basta con leer la prensa o algún manual de Historia.
Justamente, Dani, profesor de economía en Harvard, pretende que “La Historia muestra que las democracias aventajan a los regímenes autoritarios cuando se trata de hacerle frente a las consecuencias de una crisis”.
Solo que esta crisis, como la de 1929, la desencadenó una “democracia”, aquella en la que Dani enseña economía…
Lejos de aportar respuestas nuestro valiente Dani se limita a plantear preguntas. Como por ejemplo: “¿En fin, la cooperación económica internacional será eficaz?”
Servidor ya tiene ganas de decirle que si dicha cooperación la dirigen los profesores de Harvard más vale encomendarse a la virgen… que en la materia no es menos inútil.
Sobre todo cuando queda en evidencia que Dani lo único que desea es atacar el proteccionismo “que agravó la depresión en los años 1930”. ¡No jodas! Lo que agravó la crisis en los años 1930, como ahora, fue la desaparición de la confianza ante la multiplicación de los rufianes y los incompetentes en la conducción de las finanzas y la economía.
¿O tú te crees Dani Rodrik que con chorizos como Bernard Madoff y similares hay que seguir desregulando, entregándole los mercados financieros a la “libre competencia”?
¿O tú te crees Dani Rodrik, que basta con que “el FMI, guardián de la ortodoxia financiera”, ordene plancitos de estímulo presupuestario como el que le ordenó a Velasco?
Ni siquiera se te pasa por el cucumelo, querido Dani, que después de contribuir a precipitar y agravar las crisis el FMI no tiene ni autoridad, ni credibilidad, ni siquiera competencias reconocidas para aconsejar nada…
Aún menos la Organización Mundial de Comercio (OMC), lugar de reunión de los padrinos que se reparten los negociados de las grandes familias multinacionales.
Adoptando una pseudo neutralidad muy cómoda, tú que has pasado lo mejor de tu vida vendiendo la pomada del libre mercado, le aconsejas a los responsables políticos que olviden las “dicotomías inútiles como “los mercados contra el gobierno”, o los “Estados-naciones contra la mundialización””.
En otras palabras recomiendas más de la misma pomada que provocó el desastre. Y uno que pensaba que los únicos descarados que aun defienden el libre mercado están en Chile… Se ve que seguimos sin inventar nada.
Corajudo Dani Rodrik, terminas tu “peiper” lanzándole a los políticos un llamado digno de mejor causa: “Mientras más pragmáticos y creativos seáis, más próxima será la salida de la crisis”.
Pragmatismo, creatividad… las dos panaceas que nos tienen donde nos tienen…
Audacia, siempre audacia, nada más que audacia…
Por Luis Casado