Bachelet se reunió con dueños de Chile para garantizar su derecho a propiedad

En compañía de los ministros del Interior, Jorge Burgos; de Hacienda, Rodrigo Valdés; de la Secretaría General de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre, y de la Secretaría General de Gobierno, Marcelo Díaz, la Presidenta Michelle Bachelet asistió este jueves a la sede del Centro de Estudios Públicos, ubicada en la comuna de Providencia, para participar del seminario conmemorativo de los 35 años de vida de la institución.

El auditorio, conformado por 100 de los más acaudalados empresarios chilenos, tuvo opción de escuchar las exposiciones del presidente del CEP Eliodoro Matte; del profesor Christian Welzel; del coordinador del Informe de Desarrollo Humano (PNUD) para Chile, Rodrigo Márquez; del director del CEP, Harald Beyer, y de la invitada especial, Michelle Bachelet.

En la oportunidad, la Mandataria –según consigna La Segunda– se refirió a uno de los puntos que más genera inquietud en la elite política, como es la reforma constitucional. Bachelet dijo que ‘los chilenos esperan una nueva Constitución, y que ésta es una condición básica para la recuperación de las confianzas y para que las elites se vuelvan a acercar a la ciudadanía’.

Durante su exposición, la Jefa de Estado dijo que uno de los puntos que cautela el proceso constituyente –cuyo inició comunicará la última semana de octubre– es el derecho de propiedad, cuestión que siempre esperan escuchar los empresarios.

Bachelet también hizo mención a una realidad que en su segunda pasada por La Moneda ella ha experimentado en carne propia, respecto a los nuevos estándares de exigencia ciudadana con quienes ejercen el poder. ‘Hoy es más difícil gobernar que hace años’, dijo, asegurando que las reformas emprendidas por su administración ‘buscan terminar con las asimetrías’.

Respecto a la desconfianza ciudadana, sostuvo que ‘es tiempo de cultivar la amistad cívica y allanar los acuerdos’. Del mismo modo, manifestó que cada vez que recorre el territorio nacional comprueba que los chilenos siguen confiando en las leyes y que piden más leyes. ‘La demanda de cambios es innegables’, aseveró.

Michelle Bachelet se refirió a la necesidad de reducir las distancias entre la elite y la sociedad, destacando el rol que tiene en ello la agenda de transparencia y anticorrupción; también reflexionó en relación al cambio que requiere el diálogo entre políticos y ciudadanos. Así como la urgencia de ‘reducir los factores que afectan a los valores de las personas’.

Otro de los aspectos que destacó en su exposición fue la mantención de las reglas del juego. Y lo dijo en el contexto de la esperada recuperación económica, la que supone mayor innovación y productividad. Se trata, según Bachelet, de una ‘colaboración entre todos’.

La contadora de chistes

Como ‘agradable, buena onda y divertida’ calificó Juan Andrés Camus, presidente de la Bolsa de Comercio, a la Presidenta Bachelet, aludiendo a la chistosa intervención de la Mandataria en el seminario del CEP. ‘contó buenos chistes’, relató Camus a La Segunda.

‘Muy buena la reunión’, dijo el dueño de Cencosud, Horst Paulmann. ‘La Presidenta estuvo muy simpática. Contestó todas las preguntas. Fue un enfoque del país de mediano y largo plazo y no tanto de coyuntura. Habló de las reformas, pero no en específico sino, que en su importancia para el mediano y largo plazo. Habló de la reforma constitucional y dijo que estaba a favor de implementarla pero no dio plazos. Fue una reunión muy tranquila, positiva y en muy (buena) onda’, explicó al vespertino el vicepresidente de Sofofa, Félix Bacigalupo.

Por su parte, José Manuel Santa Cruz, consejero de la Sofofa, opinó que la reunión con Bachelet fue un buen encuentro ‘porque manifiesta un interés de la Presidenta y sus ministros, y desde luego de los empresarios, de poder sumarnos y encontrar puntos de encuentro. Esta reunión genera esperanzas y mejores expectativas’.

En la misma línea, Leonidas Montes, consejero del CEP, sostuvo: ‘Hay dos visiones distintas, y ésas son las que se contrastaron, una más positiva y optimista, y otra un poquito más negativa y pesimista’.

¿Qué es lo esperable de un encuentro entre la Presidenta de la República y el mundo empresarial? En rigor, las expectativas de tal encuentro no debieran ser muy altas, en especial, cuando la primera acude a la cita empoderada de una convicción sobre los segundos: si quiero conservar el cargo, no debo decir nada que inquiete a los jefes.

En efecto, en Chile este tipo de meeting se han tornado previsibles, toda vez que ellos son precedidos de cierta mediática expectación; quiénes serán los invitados, cuántos asistirán, y si se dirá o no algo importante para la marcha del país. Todo lo demás está bajo control. El de este jueves no fue la excepción: Bachelet fue una invitada bien educada. No tiró el mantel ni se paró al baño. Contó su chiste blanco. No dijo nada. Su intervención fue sacada del manual de las buenas costumbres. Los dueños del capital financiero hicieron lo mismo. Fueron gentiles con ella, la adularon.

Ninguna de las partes dijo que el proceso constituyente es el clavo en el zapato del Gobierno y que el empresariado lo ve como desestabilizador; nadie dijo que las reformas son pero no son, y que todo seguirá igual; ninguno habló de ‘desigualdad’, esa palabreja verbalizada por los ‘resentidos’; nadie mencionó que la delincuencia tiene su origen en la inequidad. Resultado: empate sin goles.

Lo que nadie esperaba, en todo caso, es que la Presidenta acudiera al CEP como contadora de chistes, ni que se expusiera a que los poderosos de siempre reediten su derecho a ningunearla, dejando claro, una vez más, que en Chile el que pone la plata pone la música. Si se trata de contadoras de algo, es preferible la contadora de películas, de Rivera Letelier.