La reforma de las empresas de propiedad estatal para crear gigantes es solo una parte del plan de Pekín de crear marcas chinas atractivas a nivel mundial. China puede ser la «fábrica del mundo», pero sus propios productos y empresas nacionales no son competitivos en el mercado internacional, escribe ‘The Diplomat’.
Pekin prestará atención, sobre todo, a sectores clave como los ferrocarriles y plantas de energía nuclear, dos áreas en las que ya está promoviendo las exportaciones. Estos sectores afrontarán la primera ronda de consolidaciones, de acuerdo con Reuters, comenzando con las fusiones anunciadas previamente entre China CNR Corp. Ltd. y China CSR Corp. Ltd (dos fabricantes de locomotoras) y entre China Power Investment Corp. y State Nuclear Power Technology Corp.
Entre otras áreas importantes China espera aumenar su competitividad en la industria automovilística, naval y aérea.