Al día siguiente que asumió el gobierno Michelle Bachelet la cotización del cobre se colocó por debajo de los US$3 la libra. Situación que se sumó a la fuerte desaceleración de la actividad colocando al país, como señaló la presidenta, “en una situación económica menos auspiciosa de lo que le tocó al gobierno anterior”, que contó con “vientos externos” favorables para usar el lenguaje empleado por el Banco Mundial. Ello estrecha la capacidad de acción del gobierno para cumplir con las medidas anunciadas, en un contexto que se aprobó un presupuesto fiscal con déficit y que contempla un reducido incremento en el gasto público con relación al año precedente. Esta situación le asigna una importancia mayor a las medidas fiscales a adoptar para cumplir con el programa comprometido. Una vez más el descenso en el precio del cobre se vincula con preocupaciones por la evolución de la economía china, lo que afecta no solo la conducta de quienes participan habitualmente en el mercado cuprífero, sino también a inversionistas que estaban usando el metal para obtener financiamiento, colocando esos recursos muchas veces en otras actividades más rentables. Desde luego, la caída en la cotización conduce a que estos movimientos se reviertan. La repercusión del descenso en el precio del cobre una vez más muestra la vulnerabilidad de la economía a shocks externos y particularmente a los originados en China.
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El 12 de marzo la cotización del cobre en los mercados internacionales cayó por debajo de los US$3 la libra su nivel más bajo desde el 5 de julio de 2010, acumulando un descenso durante el mes de 8,45%. El mercado y particularmente inversionistas financieros reaccionaron así a las informaciones provenientes desde China que en febrero las exportaciones de la segunda mayor economía global, y que consume el 43% de la oferta en los mercados de metal rojo, cayeron en un 18,1% en cifras anualizadas, anotándose un inusual déficit en la balanza comercial del mes de US$22.980 millones. En ese momento el cobre experimentaba la mayor caída entre los principales metales que se comercializan en la Bolsa de Metales de Londres.
“La retirada de los inversionistas –constató The Wall Street Journal- sacudió a los mercados de la región el miércoles (…). Los precios del cobre –agregó- han caído ante los temores de que el inventario inunde el mercado sí las compañías del metal se deprenden del metal para cerrar sus inversiones más riesgosas” (13/03/14). Bloomberg ha señalado que la tercera parte de las importaciones chinas del mineral en los últimos meses habían sido utilizadas como garantía ante los bancos para obtener financiamiento, recursos que luego destinaban a operaciones consideradas más rentables. En otras palabras a maniobras especulativas. Desde luego ello repercutió positivamente en la cotización del metal rojo. Sin embargo, al producirse noticias negativas provenientes desde China efectuaron una oleada de ventas incrementando la oferta en el mercado, acentuando la caída de la cotización.
Los hechos una vez más demostraron lo extraordinariamente vulnerable de la economía nacional, no solo a lo que acontezca en la economía china sino además a las operaciones financieras que se efectúan con el metal rojo. Es un problema estructural del país que desde luego se pierde de vista en momentos favorables de su cotización como los que se produjeron por un largo lapso. El primer ministro chino, Li Keqiang, destacó que al hablar de un crecimiento en 2014 “cercano” al 7,5% se “muestra que aquí hay un nivel de flexibilidad. No estamos preocupados –añadió- por el avance del PIB. El crecimiento que queremos es uno que traiga beneficios reales al pueblo y ayude a elevar la calidad y eficiencia del desarrollo económico” (14/03/13).
“(…) el futuro crecimiento de China –recalcó la consultora londinense Capital Economics –será alimentado más por el consumo y menos por la inversión. Esto limitará su demanda de commodities, lo que a su vez pesará sobre las principales regiones productoras de materias primas, incluida América Latina” (1403/14). Considerando en la región como las economías más vulnerables a Chile, Perú y Brasil, países que tienen a China como el principal mercado de sus exportaciones. A su vez, Financial Times –basándose en un informe de la gestora de activos Schroeders- señaló a Chile como la economía de mayor riesgo frente a un menor crecimiento de China.
Con el descenso experimentado en marzo de la cotización su promedio en lo transcurrido en el año se colocó al mismo nivel de la estimación anual que se efectuó en la elaboración del presupuesto 2014. Por tanto, si continúa en el año por debajo de ese promedio disminuyen los ingresos fiscales, sumándose además a la caída que se esta produciendo en ellos por el fuerte diferencial que se está dando entre el crecimiento económico efectivo y el 4,9% proyectado por Felipe Larraín en el presupuesto. En cambio, la devolución del peso reduce el impacto negativo en las cuentas fiscales, ya que el país normalmente tiene superávit presupuestario en divisas y se produce un déficit en pesos.
La encuesta de expectativas del Banco Central del mes de marzo estimó el crecimiento promedio de 2014 en 3,7%. Un año atrás la estimación era de 5%, lo que muestra la variación muy brusca producida en las expectativas de los agentes económicos. Ese 3,7% se encuentra incluso por debajo del nivel inferior de la estimación entregada por el Banco Central en su informe de política monetaria de diciembre. El 13 de marzo, el Consejo del Banco Central, teniendo en cuenta como señaló en su comunicado que “la actividad y la demanda interna han crecido por debajo de lo anticipado en el IPoM, particularmente en aquellos sectores relacionados con la inversión”, procedió a reducir nuevamente su tasa de interés de política monetaria a 4% nominal anual.
De acuerdo a cifras de la Sociedad Nacional de Minería cada centavo menor en el precio del cobre reduce las exportaciones en US$125 millones y los ingresos fiscales en más o menos US$60 millones. Es decir cinco centavos menos a la cotización proyectada en el año equivale al costo estimado por el ministerio de Hacienda del bono a entregarse en marzo. El Banco de Inversiones norteamericano Goldman Sachs, muy seguido por los inversionistas, consideró en su informe el 7 de marzo que la cotización del metal rojo descendería hasta US$ 2,81 destacando que “una de las señales más bajistas para el cobre es el nivel de las importaciones chinas”. Su estimación promedio para 2014 es de US$2.90, con una ligera recuperación en 2015 a US$3.10.
Precio promedio del cobre proyectado en el presupuesto en relación al promedio anual efectivo
(Fuente: La Tercera. En centavos de dólar la libra)
Año | Proyectado | Efectivo | Año | Proyectado | Efectivo |
2010 | 2,26 | 3,42 | 2013 | 3,40 | 3,32 |
2011 | 3,24 | 4,00 | 2014 | 3,25 | 3,25 * |
2012 | 3,70 | 3,61 | * Al 12 de marzo |
Desde luego el impacto negativo de la reducción en la cotización del metal rojo no solo se produce en las cuentas fiscales, sino también en la balanza de pagos y en la contabilidad nacional. La balanza comercial en los últimos meses venía reduciendo agudamente sus tradicionales superávits, incrementando en consecuencia a la vez el déficit durante el año en cuenta corriente. En lo relativo a las cuentas nacionales su efecto adverso se expresa por ejemplo en el ingreso nacional bruto disponible real al ser una de las variables consideradas en su cálculo la variación experimentada en los términos de intercambio que en Chile es extraordinariamente dependiente de lo que acontezca con el metal rojo. Tanto una demanda externa neta negativa, por la evolución de las exportaciones e importaciones, como un ingreso nacional bruto real disponible menor, por el deterioro en los términos de intercambio, son factores adicionales de desaceleración económica.
Por Hugo Fazio
El Ciudadano