El sistema previsional contabilizó en julio 172 mil nuevos puestos de trabajo en la comparación interanual, una suba del 2,7 por ciento en el sector privado registrado, informó ayer el Ministerio de Trabajo. La construcción, que repuntó fuertemente este año, explicó uno de cada cuatro nuevos empleados. También mostraron una evolución positiva los sectores de enseñanza, servicios jurídicos y contables, comercio, servicios sociales y de salud, transporte, hoteles y restaurantes, y alimentos. En cambio, bajó el empleo en la industria automotriz, seguros y edición. El mayor dinamismo a nivel laboral se dio en las empresas de tamaño mediano. El empleo no registrado, en cambio, sigue estancado en el 33 por ciento de los trabajadores. Mejorar las condiciones de trabajo de ese universo constituye el principal desafío laboral para el próximo gobierno.
Una de las ventajas que ofrecen los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) es su fiabilidad. No se trata de una estimación sino de números indiscutibles, porque allí están registrados todos los trabajadores formales a partir del alta realizada por el empleador. Son los trabajadores anotados por compañías privadas y por el Estado. Si bien la economía en general, y el mercado de trabajo en particular, presenta en los últimos años un grado de dinamismo mucho más bajo que en la primera etapa del kirchnerismo, la información difundida ayer cuestiona la sentencia, muy común de escuchar por estos días, que “hace cuatro años que las empresas privadas no generan empleo”.
En julio, el sistema previsional contabilizó 6.498.248 empleados del sector privado. Eso representa un alza de 2,7 por ciento frente al mismo mes del año pasado y del 3 por ciento en relación con 2013. Medido en puestos de trabajo, el incremento interanual fue de 172.277. La mejora del empleo formal privado se consolidó en el segundo trimestre y continúa esa tendencia en el tercero, algo que no es casual. En ese período los aumentos salariales en paritarias comienzan a tener impacto en los bolsillos, es decir, en el consumo, la demanda y las ventas de las empresas. Este año las negociaciones paritarias cerraron en un promedio del 27/28 por ciento, por encima de la estimación de inflación que según el economista Miguel Bein es del 22,4 por ciento anual y de 25,9 por ciento según el denominado “IPC-Congreso”, que confecciona la oposición.
El informe que publicó el Ministerio de Trabajo en base al SIPA marca que de las 56 actividades productivas, en 43 creció el número de puestos de trabajo. Esos sectores representan el 90 por ciento del empleo registrado en el sector privado. Generaron en un año 182 mil puestos.
El sector de la construcción generó 42 mil empleos. En lo que va del año, esa actividad registró un aumento del 8,5 por ciento según el Indec, particularmente por la edificación de vivienda, aunque también la obra vial y grandes proyectos de infraestructura anotaron subas. La presencia del Estado, a través del Pro.Cre.Ar y la obra pública, es de importancia. Un escalón más abajo se ubicaron los sectores de enseñanza, con 21 mil empleos, y servicios jurídicos y contables, con 20 mil nuevos puestos.
Luego aparece el sector de comercio minorista, con 15.800 nuevos empleos. Una idea del desempeño de este rubro lo refleja el informe del Indec sobre ventas de supermercados, que en agosto crecieron un 27,9 por ciento interanual en términos corrientes, que implica una mejora en la medición por cantidades. En tanto, los grandes centros de compra hicieron lo propio a una tasa del 36 por ciento.
El sector de servicios sociales y de salud generó en el lapso de un año 12.300 empleos, mientras que el servicio de transporte ferroviario y automotor, 7800 puestos de trabajo registrados. La actividad de hoteles y restaurantes generó casi 7 mil nuevos empleos (en línea con la evolución del comercio minorista) y en la fabricación de alimentos el avance fue de 6800 empleos. También se produjo un aumento de puestos en ramas con menor cantidad de empleados, como el caso de fabricación de máquinas y equipo (11 por ciento), transporte de cargas y de pasajeros (10 por ciento) e investigación y desarrollo (7 por ciento). Las medianas y grandes firmas aportaron 97 mil y 61 mil nuevos puestos respectivamente, mientras que las empresas chicas avanzaron en 14 mil empleos.
Pero no todos los sectores de la economía formal se comportaron de la misma forma, ya que 13 rubros experimentaron bajas en su plantilla, por un total de 9708 puestos. El más notable es el automotor, dominado por once grupos extranjeros radicados en el país (Fiat, Ford, General Motors, Iveco, Mercedes-Benz, Peugeot-Citroën, Scania, Renault, Toyota, Volkswagen y Honda) junto a las firmas autopartistas vinculadas con esas terminales y al mercado de reposición. En un año la rama eliminó 3400 puestos de trabajo, sobre un total de alrededor de 90 mil empleos. También redujo su plantilla el sector de seguros (1900 puestos), edición (1160), transporte marítimo y fluvial (570), silvicultura (550) y metales comunes (445).
Todos los sectores que mostraron un desempeño positivo tienen en común la vinculación con el mercado interno. Es que los años del “viento de cola” quedaron bien atrás y por ahora el único motor de la economía nacional es la demanda interna, que no sólo es impulsada por el salario que se negocia en paritarias sino también por la política de ingresos a través de las asignaciones familiares, tanto para los registrados como para los informales, que crecieron este año un 30 por ciento. Por su parte, las jubilaciones, otra fuente de demanda, avanzaron un 33 por ciento.
Por el contrario, el panorama en el sector externo es preocupante. En la comparación interanual, la caída de las exportaciones argentinas llega al 16 por ciento. Más allá de problemas de competitividad internos, claramente esa dinámica forma parte de un movimiento regional. Según un informe del BID publicado la semana pasada, en el primer semestre las ventas externas de Brasil cayeron 14,7 por ciento; Chile, 12,2; Uruguay, 15,1; Perú, 15,8; Bolivia, 30,3; Ecuador, 26,8; Paraguay, 17,6 y las exportaciones de Colombia se redujeron en un 31 por ciento. En todos los casos, hubo caída tanto de cantidades como de precios.
Fuente: Página 12