El desplome de la moneda de la República de Turquía, ha presionado al gobierno a llegar a tomar medidas extremas al punto de exhortar a sus ciudadanos a cambiar los dólares, euros y oro por la lira.
«Cambien los euros, los dólares y el oro que tengan debajo de sus almohadas por liras en nuestros bancos. Es una lucha interna y nacional», fue el llamado que hizo este viernes el presidente Recep Tayyip Erdogan.
Asimismo, subrayó que «esta será la respuesta de mi pueblo contra aquellos que están librando una guerra económica contra nosotros (…) Si ellos tienen sus dólares, nosotros tenemos a nuestra gente, a nuestro Dios. Estamos trabajando duro. Miren lo que éramos hace 16 años y dónde estamos ahora».
La divisa turca ha registrado desde inicios de la semana pasada fuertes caídas, después de las sanciones anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, este 10 de agosto evidenció un descenso récord del 13 % frente al dólar.
«La subida del dólar no va a detener el desarrollo de Turquía, no puede haber ninguna duda al respecto», aseguró el líder turco al enfatizar que las autoridades del país son responsables ante su pueblo y no ante Occidente.
Durante un discurso público en la provincia de Bayburt, en el este de Anatolia, sostuvo que «no teníamos problemas económicos reales, pero fuimos blanco de ondas financieras inestables artificiales (…) No perderemos esta guerra económica. El dólar no puede cortarnos el camino. Responderemos con nuestra moneda nacional».
Además, Erdogan ha asegurado que tienen alternativas como China, Rusia, Irán y algunos países europeos, aunque no ofreció detalle de cómo pueden ayudar esos países a la nación.
Nuevo modelo económico
El ministro de Finanzas y del Tesoro, Berat Albayrak, destacó que la política fiscal y monetaria están bajo el mismo liderazgo, lo que resulta en una coordinación «más eficiente y poderosa» en el marco de un «nuevo modelo económico«.
Comentó que la política económica estará basada en la «determinación» y el plan para los próximos años «transformará la economía», ya que será sostenible y sobre todo está pensada para el largo plazo.
En este sentido, consideró que el saneamiento de las finanzas públicas, la corrección de los desequilibrios con el exterior, la reducción del déficit por cuenta corriente, permitirán que cuando él deje el cargo, el nuevo modelo económico continúe en pie.
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