Una considerable baja en el presupuesto destinado al financiamiento del Crédito Estatal de Fondo Solidario por parte del Ministerio de Educación ha obligado a la Universidad de Santiago a solventar por su propia cuenta los estudios de alumnos de bajos recursos.
Con un engorroso procedimiento se llevó a cabo hace unas semanas la firma del Pagaré correspondiente al Fondo Solidario en la Universidad de Santiago. Tras una serie de confusas convocatorias aplazadas desde su fecha común, a principios de octubre, los estudiantes debieron acudir este mes para encontrarse con una sorpresa: el financiamiento de sus estudios había cambiado abruptamente.
La Universidad entregó su versión oficial a través de un breve comunicado que explica la situación, argumentando que “el Mineduc (Ministerio de Educación) ha efectuado ajustes en la asignación de los aportes del Estado”, razón por la cual se ven obligados a financiar los recursos faltantes a través de un Crédito Institucional que posee características similares al ausente Fondo Solidario.
La situación estalla en un momento de clásico estrés para los estudiantes universitarios, muchos de los cuales apenas se han percatado de que parte del financiamiento de sus estudios ha dejado de ser solventado por el Estado y ha pasado a ser parte de la responsabilidad de su casa de estudios. Al respecto, Eric Leyton, consejero superior de la Feusach, comenta: “El problema con el tema presupuestario es que esto siempre se informa a final de año, donde todos nuestros estudiantes están en pruebas y exámenes, por lo tanto, obviamente, nos pasan un gol”.
Según informa la propia institución, desde el año pasado ha habido una disminución considerable de la cobertura destinada al Crédito de Fondo Solidario, cuyo incremento para el 2010 fue de sólo un 3,8%, mientras el Crédito con Aval del Estado obtuvo un aumento en el presupuesto de 18,6%. La diferencia entre ambos es radical y se manifiesta específicamente en que el Crédito con Garantía Estatal mantiene una tasa que casi triplica el interés de 2% que caracteriza al Fondo Solidario.
El incremento en el financiamiento otorgado al Crédito con Garantía Estatal es visto desde la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago como símbolo de las motivaciones e intereses de las autoridades actuales. ”En el fondo es lo que estructuralmente piensa este nuevo gobierno, es lo que quiere la derecha”, expresa Leyton.
Precisamente en ello basó sus críticas el rector de la Universidad de Santiago y Presidente del Consorcio de Universidades Estatales, Juan Manuel Zolezzi, cuando se reunió con el ministro de Educación, Joaquín Lavín, para comentar el proyecto de financiamiento del Mineduc: “En términos de ayudas estudiantiles, el mayor aumento está por la vía del Crédito con Aval del Estado, que es bastante más caro que el Fondo Solidario. Obviamente, eso marca una orientación (del Gobierno). Si lo que hace un estudiante es rentabilizar privadamente a futuro sus estudios, está bien. Pero quienes pensamos que la rentabilidad es más bien de tipo social, preferimos el Fondo Solidario”.
Ciertamente, el tema va más allá de las preferencias, especialmente para gran parte de los estudiantes de la Usach perteneciente a los quintiles más bajos del país, quienes no podrán optar a la total cobertura del Fondo Solidario debido a la importante disminución de su financiamiento. Hasta ahora, la Universidad ha optado por hacerse cargo mediante la propuesta de su propio Crédito, pero ¿por cuánto tiempo más podrá ofrecer esta alternativa?
El PROBLEMA DEL AUTOFINANCIAMIENTO
La situación es más complicada de lo que parece. En los últimos años, la Universidad de Santiago sufre una crisis financiera que oscurece el panorama ante la idea de autofinanciamiento. Esta práctica, impulsada en plena dictadura con la Ley General de Universidades (1980), que tuvo por objetivo desarticular la red de instituciones públicas y permitir la creación de universidades privadas, ha tornado más difícil la propia gestión de la Usach, acarréandole graves problemas económicos.
El déficit patrimonial causado por la idea del autofinanciamiento de las universidades públicas ha creado, entre otros, un aumento gradual del arancel que finalmente termina complicando aún más la situación de los estudiantes. Al respecto, Eric Leyton afirma: “Probablemente la universidad de Santiago va a tener que subir sus aranceles como les ha pasado todos estos años a los estudiantes”. Por su parte, Oscar Silva, subsecretario de Finanzas de la Feusach, es más radical respecto a la delicada situación financiera que enfrenta la institución: “Si sigue así, la universidad va a tener que endeudarse finalmente con la banca del Estado”.
Si bien la gravedad de la situación parece más clara ahora que hace un par de años, Leyton asegura que las responsabilidades no pueden ser atribuidas únicamente a las autoridades actuales: “No se puede culpar de todo a Piñera, claramente la disminución viene desde antes, con alrededor de 1.800 millones menos al Fondo Solidario”.
Las dudas se focalizan en el incierto futuro en el que la institución y sus alumnos están inmersos, ante la posibilidad de que el Crédito Estatal de Fondo Solidario continúe siendo disminuido para los estudiantes de ésta y otras universidades públicas. El Ciudadano contactó a las autoridades de la Usach para obtener más información respecto a este punto, pero no obtuvo respuesta.
Uno de los puntos más criticados al respecto son las vagas explicaciones otorgadas por parte de las autoridades de la Universidad y el propio Ministerio de Educación: “No se ha explicado nada, más que un documento donde informan la situación. No sabemos qué pasó con esas platas, al menos en el documento se muestra algo confuso donde se mete el tema del terremoto de y eso”, relata Jorge Sepúlveda Arredondo, estudiante de la Usach.
Para el próximo año, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago y los dirigentes de otras universidades públicas han demostrado su intención de vigorizar el movimiento estudiantil y enfocar la atención en las graves dificultades de financiamiento y disminución del apoyo estatal a la educación superior. “Creo que hay un desconocimiento de la realidad y la dimensión del problema. Esperamos mejorar nuestros canales de comunicación porque esta información es grave y nos afecta directamente. Para nosotros lo más importante es la pelea que podamos dar el próximo año contra el Gobierno”, afirma Leyton. Hasta entonces, el futuro de las ayudas estudiantiles para las universidades públicas continúa siendo incierto.
Por Vanessa Vargas Rojas
El Ciudadano