El Banco Central entregó los resultados del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) correspondiente al mes de octubre: la economía se contrajo 0,4% en comparación con igual mes del año anterior, el resultado más débil desde julio de 2009, cuando la actividad decreció 2,7%.
Los resultados se explican en parte por la caída de 7,1% del Imacec minero, aun cuando el indicador no minero haya aumentado 0,3%. En relación al mes anterior, el Imacec minero cayó 5,6% y el Imacec no minero disminuyó 0,7%.
A esto se suma la baja del Índice de Producción Industrial (IPI) en 7,4% durante los últimos doce meses, debido al aporte negativo de dos de los tres sectores que lo componen. El Índice de Producción Minera restó 4,829 puntos porcentuales (pp.), seguido por el Índice de Producción Manufacturera, que lo hizo con -2,580 pp. El Índice de Electricidad, Gas y Agua aportó 0,014 pp. al IPI.
El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, se había pronunciado en relación a in eventual resultado negativo del Imacec de octubre. El pasado domingo, en entrevista con La Tercera, señaló que estaba preocupado “porque en Chile somos muy buenos para sobrerreaccionar a los datos de alta frecuencia, que son volátiles y, posteriormente, revisados. Por lo tanto, sabiendo que viene un Imacec muy malo, dados los datos sectoriales, me preocupa que eso nos lleve a un bajón anímico innecesario”.
En línea con la inquietud de Valdés, Luis Felipe Céspedes, titular de Economía, se refirió al resultado entregado por el Banco Central a inicios de este lunes. «Lo que tenemos que hacer es no sobrerreaccionar respecto a él y sin lugar a dudas reforzar el trabajo para poder recuperar mayores niveles de crecimiento», comentó en CNN Chile.
¿FALTA UNA POLÍTICA CONTRACÍCLICA?
En conversación con El Ciudadano, el economista del Centro Internacional de Globalización y Desarrollo (CIGLOB), Andrés Solimano, expresó que falta “una verdadera política de reactivación económica”, en la que el Estado juegue un rol reactivador y contracíclico. A su juicio, “la estrategia de esperar que el sector privado lidere la recuperación no está funcionando y debe ser cambiada, por lo tanto, debiera haber un esfuerzo más expansivo de parte de la inversión pública y del gasto público».
Según indicó el especialista, los ejes de esta política deberían centrarse en la inversión pública en vivienda, infraestructura, hospitales y establecimientos educacionales, «pero como el Estado tiene que hacer todo con el sector privado y ha debilitado su propia capacidad interna de ejecución de proyectos, por esta ideología de que nada lo debe hacer el Estado, estamos pagando las consecuencias, quedando sin reactivación económica», explicó.
En este sentido, Solimano manifestó que «los parlamentarios deberían preguntarse si el presupuesto 2017 es reactivador o no» y puntualizó que el Estado podría obtener recursos para un plan de impulso a la economía a través del Fondo de Estabilización Económica y Social o créditos del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial. «No es que no haya plata, sino que no se quiere usar la plata que hay», sostuvo.
¿QUIÉN ESTÁ CRECIENDO?
Según informó la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), las empresas incrementaron sus utilidades en 21% entre enero y septiembre de este año, comparado con igual período del año anterior. En total, las ganancias alcanzaron US$15.244 millones, frente a los US$12.616 millones del año anterior.
{destacado-1}
Andrés Solimano piensa que este resultado demuestra la necesidad de que el Estado asuma un rol más relevante en la reactivación económica. «Eso muestra que tenemos lo que podríamos llamar un semi-estancamiento socialmente regresivo, porque mientras son muy duros en que no suban los salarios, las 500 empresas más grandes han aumentado 10 veces más sus utilidades respecto del crecimiento promedio de la economía, que es en torno al 2%”, señaló.
El economista agregó que los resultados informados por la SVS “demuestran que a las grandes empresas les va bien aunque la economía no crezca. Entonces, no esperen que ellos tiren el carro de la reactivación económica, porque aun creciendo lento, sus utilidades crecen 21%. Eso muestra que el sector privado grande no está en una urgencia de que vuelva a crecer la economía, porque tiene amplias, suculentas y sólidas utilidades, con una economía creciendo muy poco».
Por otro lado, a fines de noviembre la OCDE informó que Chile es el país con mayor desigualdad en la distribución del ingreso de la organización. En el país, el 10% más rico concentra el 37,1% de los ingresos del país, mientras que los más pobres apenas capturan el 1,8%. Considerando esta realidad, Andrés Solimano afirmó sobre la política gubernamental de reactivación que «el gobierno dijo que quería reducir la desigualdad, pero estas cifras van en la otra dirección».
PRIORIDADES EN CUESTIÓN
También en La Tercera, el ministro Valdés proyectó un crecimiento entre el 1,75 y el 2,25%, poniendo el énfasis en “tratar de mirar hacia adelante más que por el espejo retrovisor”. A su vez, recalcó la preocupación del por la responsabilidad fiscal, aun cuando se asuman costos políticos, como sucedió con la negociación del reajuste al sector público.
Sin embargo, Andrés Solimano discrepa de este enfoque, porque a su juicio “no hay que transformar a las cuentas fiscales como el objetivo final, porque estas son un instrumento intermedio para un objetivo último: crecimiento económico, mejorar la distribución del ingreso y el bienestar social».
El análisis del economista de CIGLOB considera que “en Chile las prioridades están invertidas”. «En una economía lenta, que no crece, que no repunta, se pone como primer objetivo renunciar a política fiscal contracíclica y eso tiene un costo muy alto de crecimiento económico y las cifras lo están mostrando. El gobierno tiene que replantear las prioridades. ¿Quiere crecer, mejorar la distribución de la renta, crear empleo o quiere solo satisfacer a las agencias clasificadoras de riesgo y a los mercados internacionales de capital?», planteó Solimano.
Relacionado: