Diversos economistas consultados por El Ciudadano aplauden las medidas, aunque las consideran un poco tardías. También comentan que faltan índices que permitan ver su efectividad, como también un cambio de lógica del modelo económico seguido por Chile.
Pese a que el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, ha insistido en el blindaje y solidez de la economía chilena ante cualquier recesión externa en los últimos años, el gobierno lanzó el lunes pasado un millonario plan hacer frente a la crisis mundial. Fue el mismo día que se supo que el IMACEC (Indicador Mensual de Actividad Económica) del mes de noviembre del 2008, alcanzó un pobre 0,1%.
Durante la noche de ese día, a través de una cadena nacional voluntaria, la presidenta Michelle Bachelet, anunció ambiciosas medidas para estimular el empleo y el crecimiento, comprometiendo recursos por más US$ 4 mil millones, cifra que equivale al 2,8% del PIB.
Once son las medidas anunciadas, entre las que destacan un subsidio a la contratación de mano de obra joven, eliminación de impuestos y estampillas para el 2009, devolución anticipada del impuesto a la renta del 2010 y un bono de 40 mil pesos para las familias más pobres de Chile.
Si bien hay consenso entre economistas en aplaudir las medidas, para varios son demasiado tardías, considerando la grave crisis financiera mundial. Magaly Parada, economista, considera que “las medidas son buenas en lo general, aunque se debe acusar el retraso con que se tomaron. Hace rato que se ve la necesidad de una política macroeconómica diferente, considerando los datos que proporciona la actual crisis internacional que da cuenta de la fragilidad del libre mercado”.
A juicio del economista del centro de Estudios de Desarrollo Alternativo, CENDA, Gonzalo Cid “son medidas bastante buenas, aunque algo desfasadas”.
Rodrigo Montero, economista de la Universidad Diego Portales y experto laboral, también es optimista con el plan de gobierno. A su juicio “son medidas que llegan en un buen momento, sobre todo constatando el desaceleramiento general de la economía. Creo que el impulso fiscal apunta en la dirección correcta”.
Martín Pascual, cuentista político, considera que las medidas “apuntan en general a reactivar la economía, aunque no estoy seguro que se refleje esto en que no se pierdan empleos, como ocurrió durante la pasada crisis asiática u ocurre hoy con la industria del salmón o del retail”.
Cid espera que “estas políticas sean implementadas directamente por el Estado, sobre todo las de inversión en obras públicas, ya que si se hacen a través de las concesiones serán más lentas en mostrar sus frutos, por todo el proceso de licitación que conllevan. Es necesario aplicarlas de manera directa”.
PAGO DE TIMBRES Y ESTAMPILLAS
Una medida que ha generado consenso en el gran empresariado y en las pymes es la liberación de impuestos de timbres y estampillas para todas las operaciones crediticias durante el 2009. La cifra tendría un costo para el ejecutivo de U$628 millones.
Cid considera que “no tendrán gran efecto, aunque su trascendencia se ve en tanto concitan el apoyo del empresariado”.
Ivan Vuskovic, presidente de la Conapyme, considera que “en general las medidas son buenas, son un paso adelante para la reactivación de nuestra economía”. Respecto de medidas específicas, el dirigente gremial aplaude la eliminación de impuestos por timbres y estampillas y la rebaja de los Pagos Previsionales Mensuales (PPM). “Hace mucho rato que veníamos sosteniendo el fin de tales impuestos y la rebaja de los PPM, como también el pago mensual de los pagos por capacitación”- sostiene Vuskovic.
En tanto, Parada considera que “lo que más necesitaban las pymes eran arreglos de plazo para los pagos tributarios. Creo que esto era una oportunidad para discutir la regresividad tributaria. No es lo mismo dar las mismas facilidades de pago de las PPM a los grandes conglomerados que a las pymes”.
SUBSIDIO CONTRATACIÓN DE MANO DE OBRA JOVEN
Según datos del INE hay un 18,4% de desempleo en el tramo etáreo de 20 a 24 años, a diferencia del 7,5% del índice nacional. En función de revertir esta situación entre las medidas está una que establece un subsidio a la contratación de mano de obra joven.
Para ello se destinaron U$ 102 millones y se entregarán como un aporte de un 40% del sueldo al empleado y un 20% para el empleador.
Montero considera que “los montos involucrados son interesantes y es un buen potencial, aunque no hay formas de saber si terminan sirviendo para generar empleos o reemplazar mano de obra”. Agrega el economista de la UDP que “a ciencia cierta no sabemos si los jóvenes encontrarían trabajo sin este estímulo, habría que generar índices que permitan ver el impacto neto de su implementación”.
Cid cree “oportuno aplicar medidas específicas a sectores más vulnerables, como es el caso de los trabajadores jóvenes, además de que apuntan a la incorporación de mano de obra a largo plazo”.
Parada añade que se “apunta a reactivar la demanda interna, colocando dinero directamente en la gente y no a través de los bancos, como era acostumbrado en políticas económicas anteriores. Al entregarla directamente a los más pobres, se sabe que estos la ocuparan luego y circulará más dinero en el mercado interno”.
Para Pascual este subsidio “es un buen incentivo, pero no estoy seguro si eso se reflejará en una disminución general del empleo, por que también puede ser usado para reemplazar mano de obra más cara por mano de obra joven. El factor empresarial chileno no me da confianza”. Pascual recomienda aplicar estas medidas junto a condiciones para que se mantenga el empleo, tal como ocurre en España.
MEDIDAS FUTURAS
Desde febrero del 2008 han sido 6 los paquetes de medidas emprendidas por el Gobierno para hacer frente a la crisis económica mundial y para apoyar sectores productivos específicos.
Claro que los economistas consultados por El Ciudadano echan de menos medidas para enfrentar los despidos y programas de créditos blandos para las pymes. Cid extraña “medidas más directas para enfrentar los despidos y medidas específicas para regiones con altos índices de cesantía”.
Pascual echa de menos medidas concretas para que no hayan despidos, ya que “un elemento de ajuste del empresariado. En muchos casos el discurso de la crisis es una excusa para reducir personal”.
Por su parte, Parada cree necesario implementar créditos blandos para las pymes.
Vuskovic considera que hacen falta medidas tendientes a aliviar las deudas previsionales y tributarias de las pymes y una línea de créditos blandos, aunque reconoce, luego de sostener una reunión el miércoles 7 de enero con la presidenta Bachelet, que “en el gobierno no hay piso para medidas de este tipo, delegando los apoyos a través de la banca privada, que termina fidelizando con estos recursos estatales a sus clientes preferidos”.
El Ciudadano