El avión que se cayó en noviembre de 2016 y acabó con la vida de 71 personas y 6 lesionados, la mayoría del club de futbol brasileño Chapecoense cargado de 9 mil 300 kilos de gasolina era insuficiente para completar el vuelo entre Santa Cruz, Bolivia y Río Negro, Colombia, pues la cantidad mínima para abastecer la aeronave era de 11 mil 603.
Así lo informó coronel Miguel Camacho, jefe del grupo de investigación de accidentes de la Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil), quien reveló los hallazgos del informe final del accidente donde se constató que el avión no tenía suficiente gasolina.
La autoridad aeronáutica colombiana este viernes señaló que los resultados de la investigaciones muestran que hubo graves deficiencias de la aerolínea boliviana LaMia.
«El siniestro se produjo por agotamiento de gasolina del avión por consecuencia de una inapropiada gestión de riesgo de la empresa LaMia», expresó al referir que 40 minutos antes del accidente, el avión ya se encontraba en emergencia, pero la tripulación no hizo nada, a pesar de tenían indicación en la cabina, como luz roja y avisos sonoros.
Destacó que sin combustible, los motores dejaron de funcionar y el avión planeó hasta golpear.
Posterior a un año y medio de investigaciones donde participaron cinco países, se apreció que la aeronave de la empresa LaMia, no cumplió con los requisitos mínimo de gasolina exigidos por normas internacionales que le permitiese volar a un aeropuerto alterno, el de contingencia, el de reserva y el combustible mínimo de aterrizaje. Además, tampoco los trabajadores tenían consciencia de un aterrizaje en Bogotá u otro aeropuerto para abastecerse.
El accidente se produjo el 28 de noviembre de 2016, cuando el avión que transportaba la delegación del Chapecoense a Medellín, donde debía jugar la final de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional, se estrelló a pocos kilómetros del aeropuerto tras quedarse sin gasolina.