El lado oscuro de los acuerdos de inversión

Al firmar tratados internacionales de inversión, los gobiernos entregan el derecho soberano de regular en el interés de las personas y el medio ambiente según la conveniencia de trasnacionales

El lado oscuro de los acuerdos de inversión

Autor: Mauricio Becerra

Al firmar tratados internacionales de inversión, los gobiernos entregan el derecho soberano de regular en el interés de las personas y el medio ambiente según la conveniencia de trasnacionales. Además corren el riesgo de gastar millones en demandas judiciales.

Cuando Argentina tomó medidas en respuesta a la crisis financiera del 2001 como congelar las tarifas de servicios públicos como la luz, el agua o el gas; y devaluó su moneda fue golpeada por más de 40 demandas de los inversionistas. Grandes empresas como CMS Energy (EE.UU.), Suez y Vivendi (Francia), Anglian Water (Reino Unido) y Aguas de Barcelona (España) exigieron millones en compensaciones por pérdidas de ingresos.

Es evidente que los países en desarrollo salen perdiendo, ya que suelen ser quienes reciben las demandas. En 2010, se presentaron 51 casos en contra de países en desarrollo, frente a los 17 en contra de países desarrollados.

Argentina encabeza el ranking de las demandas con 51 casos, principalmente debido a los programas de reforma económica que se llevaron a cabo después de la crisis financiera y económica de 2001; seguido por México, con 19; y por Ecuador, con 16, según datos de la UNCTAD.

Al firmar tratados internacionales de inversión, los gobiernos entregan el derecho soberano de regular en el interés de las personas y el medio ambiente, y corren el riesgo de gastar millones en demandas judiciales.

¿Cuántas veces has escuchado a políticos, economistas, hombres de negocios o periodistas diciendo que, si un país quiere desarrollarse, sólo necesita tres cosas: ¡inversión, inversión e inversión! Esta recomendación sigue una de las premisas básicas de la economía neoliberal: «La inversión extranjera directa (IED) es una condición previa para el desarrollo». Y la fórmula diseñada fue muy simple:

Para desarrollarse, se necesita crecimiento> para crecer, se necesita IED> para atraer IED se necesita proteger a los inversores> la única manera de proteger a los inversores es mediante la firma de los acuerdos de inversión.

Los gobiernos de todo el mundo adoptaron la receta sin reparos y los tratados de inversión han proliferado en las últimas dos décadas.

Pero los promotores de los acuerdos de inversión esconden:

– Los acuerdos de inversión asignan a una de las partes (los gobiernos) todos los deberes y obligaciones y, a la otra (las empresas), todos los derechos y la protección.

– Los acuerdos de inversión permiten a las corporaciones multinacionales demandar a los gobiernos ante tribunales arbitrales internacionales no transparentes cuando estos gobiernos intentan regular a favor del interés público. Sin embargo, los gobiernos no pueden tomar ninguna acción a escala internacional contra las multinacionales si estas cometen abusos contra los derechos humanos o provocan daños al medio ambiente, o simplemente no cumplen con sus compromisos.

– Los acuerdos de inversión conceden a las empresas inversiones libres de riesgos.

Si desea saber más sobre este tipo de acuerdos, tan promovidos por los políticos y economistas que han gobernado Chile en las últimas décadas descargue la presentación de María Cecilia Olivet, investigadora que es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de la República en Uruguay y tiene un máster en Política Internacional y Asia Oriental por la Universidad de Warwick (Reino Unido).

DESCARGUE EL DOCUMENTO AQUÍ

Cecilia Olivet

Transnational Institute – El Ciudadano

 


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