“Si ustedes nos creen, la referencia va a ser de un 20 a un 25 por ciento de inflación para este año. Si lo que decimos es cierto, el que fija salarios por encima de esa pauta quedará descolocado. Es decir, o va a vender menos –por impacto de los mayores costos, que dejarían al producto por encima de los demás en términos de precios– o tendrán que ajustar por el lado del empleo”, describió Prat-Gay con un tono amenazante.
Es que quien no arregle paritarias entre esas cifras, será puesto bajo la lupa del gobierno, el cual lleva más de 20.000 despidos en distintas organizaciones y sectores estatales.
Al respecto de ello, Prat Gay redobló la apuesta y manifestó que «los ñoquis son parte de la herencia. Encontramos un Estado lleno de militantes. Queremos que al Estado no le sobre la grasa de la militancia». Cabe recordar que la terminología «ñoqui» hace referencia a trabajadores que reciben un pago por una tarea que no desempeñan.
Sin embargo, eso es un eufemismo que encubre un ajuste ortodoxo neoliberal aplicado por Macri y su equipo en el gobierno. Otras medidas, como la devaluación del peso argentino, la quita de retenciones y la apertura a las importaciones van en ese mismo carril: beneficiar a las grandes empresas y quitarle poder adquisitivo al pueblo argentino.
«Lo que estamos haciendo hasta ahora está teniendo un resultado visible. Capaz no es la sensación que tiene uno cuando va al almacén, pero nosotros estamos viendo que el salto de la inflación por la salida del cepo ya lo hemos superado y estamos aterrizando en la primera quincena de enero hacia niveles similares a los que teníamos en septiembre y octubre últimos”, señaló Prat Gay, aunque el INDEC por el momento dejó de dar números.
En ese sentido, la ausencia de números oficiales atenta contra la capacidad de los trabajadores para discutir su aumento salarial, ya que deberán confiar ciegamente en un gobierno que, hasta ahora, no hizo más que atentar en su contra.