“Somos los ciudadanos los únicos llamados a cambiar las condiciones que tenemos, difícilmente va a ser la clase política, porque está muy comprometida con la clase económica”- sentencia el alcalde, quien apuesta porque el 5 por ciento de los recursos producidos en las regiones mineras beneficien a sus territorios. A juicio del edil, el gobierno de Piñera no permite que los recursos queden en las regiones para proteger las ganancias de la industria minera.
No hubo anuncios para las comunas mineras en el mensaje presidencial del 21 de mayo. Pese a la manifestación desarrollada el pasado 18 de mayo, el gobierno mantiene la oferta de la Ley de Fondo de Desarrollo del Norte (Fondenor), que contempla la entrega de 225 millones de dólares a repartir entre 40 comunas mineras entre los años 2013 y 2015.
El economista Salvador Barrientos Muñoz calcula que a Calama le corresponden US$ 6,52 millones en total en los 13,5 años, a razón de US$ 480 mil anuales (siendo US$ 240 mil para el año 2012). En pesos chilenos a la ciudad nortina le correspondería $ 230 millones 400 mil pesos, lo que equivale a 20 viviendas sociales. Barrientos compara que un hospital, como el que actualmente se construye en Calama, cuesta unos US$ 70 millones o sacar la línea férrea que atraviesa la ciudad otros US$ 50 millones.
Para el alcalde Velásquez debe recuperarse la normativa que hasta 1976 daba el 5% de los recursos producidos en su territorio a las comunas mineras. “Es un reclamo contra el poder político y económico que no permite que ciudades como Calama crezcan y se desarrollen. Seguimos en el concepto de campamento minero, ciudad dormitorio”- sostiene el edil.
En tanto la Asamblea Ciudadana mantiene el estado de movilización en la ciudad y se realizará un cabildo abierto el próximo 16 de junio para coordinar las acciones futuras.
¿Por qué rechazan el Fondenor?
– Porque son recursos mínimos, es una limosna lo que el gobierno quiere entregar con el mal llamado Fondenor, que no es un fondo de desarrollo. Son 225 millones de dólares a distribuirse entre 9 regiones mineras, entre más de 40 comunas y en 13 años. Sacas un promedio de 17 millones de dólares anuales para todas estas comunas. El monto no significa cifra alguna de desarrollo para la comuna de Calama. Aspiramos a cifras mayores en relación a lo que Calama produce anualmente para el país.
La Ley 11.828, derogada en 1976, daba el 5% de los recursos producidos en su territorio a las comunas mineras. ¿Aspiran una normativa similar?
– Aspiramos a ello. Varias décadas atrás el norte tuvo leyes redistributivas que de alguna forma, compensaban el daño ambiental que generaban las faenas extractivas. Queremos que sean derogadas un montón de leyes aprobadas en los últimos 35 años que echaron por tierra otras leyes que durante décadas costó a los nortinos ganar, así la comuna tendría recursos permanentes del cobre.
Hasta ahora hay U$ 225 millones a repartir sobre la mesa ¿qué les alcanza con eso?
– No hay comparación. El Fondenor original que presentamos hace un par de años atrás dejaba 140 millones de dólares sólo para la región de Antofagasta. Si pensamos en el tope máximo que nos podría llegar, con los 3 millones de dólares que nos tocarían por año, algo así como 1.400 millones de pesos, alcanzan para construir un par de canchas de fútbol. No es desarrollo para una comuna que produce tanta riqueza. En cambio, hablar del 5 por ciento hoy son cifras insospechadas.
CALAMA: CAMPAMENTO MINERO
En las calles de Calama se nota que hay circulante producto de los sueldos de los trabajadores de las mineras ¿Se nota eso en los bolsillos municipales?
– Hay buen circulante en Calama debido a que las 3 mil o 4 mil 500 personas que trabajan en minería tienen una buena remuneración, pero no hay inversión para el desarrollo social. Calama tiene hoy una población de 180 mil personas, de las cuales, 60 mil son población flotante atraídos por la industria minera y que terminan quedándose allá. A todas estas personas tenemos que atender y ahora con el cierre del campamento de Chuquicamata, hay entre 15 y 18 mil personas que hasta el año pasado Codelco pagaba su mantención y de un año para otro el municipio debe hacerse cargo: de la extracción de basura, alumbrado público y agua, entre otras cosas. Esas 15 mil personas hoy se trasladaron a Calama, unas 5 mil viviendas y 8 mil vehículos, población que tenemos que mantener con el presupuesto municipal. Codelco se ahorra esa plata.
¿Se podría decir que Calama es una ciudad acorde con los recursos que produce?
– No creo, si no tenemos universidades ni centros médicos, no llegan profesionales de buen nivel porque la ciudad no tiene las condiciones de infraestructura, posibilidades educacionales y culturales que den más proyección a las familias. Seguimos en el concepto de campamento minero, ciudad dormitorio. No hay voluntad política de los distintos gobiernos de invertir en Calama. Así que nos agotamos porque se avizora un siglo más de industria minera, se va a seguir produciendo cobre, pero no queremos repetir la historia y por eso Calama se levantó porque no queremos estar de rodillas.
¿Cómo imagina Calama como ciudad contando con los recursos dados por la explotación minera?
– debemos recibir los recursos que alguna vez tuvimos porque es un recurso no renovable que alguna ves se va a acabar. Lo que queremos es aprovechar esos recursos hoy para hacer una ciudad desarrollada, que tenga centros de estudios, aprovechar sus cualidades arqueológicas y turísticas. Imagínate si haces una ciudad deportiva especializada en el deporte en altura. Si la selección se prepara en Calama para sus partidos en Bolivia. Imagínate deportistas corriendo a 2.400 mts. de altitud; después a nivel del mar van a volar. Eso y muchas cosas más. La creatividad está, pero nos faltan los recursos para concretarla
¿Siguen con problemas con el agua del río Loa?
– En febrero ganamos a la minera Inés de Collahuasi, la que querían extraer aguas del río Loa, en la evaluación ambiental, la que no les permitió sacar más agua del río. Pero el marco legal actual permite que esta empresa el día de mañana pueda presentar otro proyecto que tenga posibilidades de ser aprobado. En el desierto más árido del mundo, se ocupa agua del río Loa para la industria minera, cuando perfectamente podrían ocupar agua de mar. El dueño de la minera es el grupo Luksic, quienes también son dueños de las sanitarias de la región. Acá en el norte, el negocio lo tienen unos pocos.
LO QUE COMPRAN ‘MINEROS DE CHILE’
El vocero de gobierno, Andrés Chadwick y el diputado Felipe Ward, lo llamaron a no politizar el movimiento.
– Le respeto su opinión de ministro, pero Chadwick no conoce la realidad de Calama. Nuestras demandas ciudadanas son históricas. Le recuerdo que llegamos al municipio el 2009 y en agosto de ese año iniciamos nuestras demandas, cuando era otro el gobierno. Nosotros hemos mantenido una consecuencia, que es un reclamo contra el poder político y económico que no permite que ciudades como Calama crezcan y se desarrollen. Pero ahora los ciudadanos nos hemos tomado la opinión y la palabra y lo que hacemos es pensar a Chile desde las regiones.
¿El gobierno puso un piso con el Fondenor y de a poco irá soltando la billetera o pensar en llegar al monto de un 5 por ciento de las ganancias mineras para las regiones productoras es un tema ideológico?
– El poder de la industria minera en el mundo y acá en Chile es gigantesco. Es muy poderosa y no quieren que otros usufructúen de la riqueza que producen. En la medida que conozcamos la colosal riqueza que tenemos en Chile, vamos a aspirar a más. Creo que el ciudadano común que camina hoy por las calles de las ciudades de Chile no se da cuenta de lo que somos dueños.
¿Por qué ocurre eso?
– Después del petróleo en el mundo, la riqueza natural más estratégica es el cobre. Para que los países se desarrollen, luego de la energía, la materia prima más usada es el cobre, pero los chilenos no tenemos idea. Nos han desinformado, nos invitan a que los temas de debate sean otros. Recién creo que los ciudadanos dimensionamos lo que somos dueños.
Es una reflexión ya hecha en la primera mitad del siglo XX…
– Sí, hablo de leyes que tuvimos en el siglo XX que nos dejaban más por la explotación de nuestros recursos. Estas fueron borradas de un plumazo por la dictadura militar y el modelo de explotación fue luego profundizado por los gobiernos de la Concertación. Si aún hay leyes secretas, sobre las cuales los ciudadanos desconocen para donde se van las riquezas. Creo que los gobiernos de turno en los últimos 30 años no han querido mover estos cimientos y quieren que esa pequeña parte que nos entregan debiéramos agradecerlas eternamente. Aspiramos al 5 por ciento de lo que se produce en la región de Antofagasta. Aspiramos a eso, lo que implica cortarles una tajada a las ganancias de las mineras.
¿Por qué la Concertación no hizo esos cambios?
– Porque los intereses políticos y económicos se cruzan. Es tanto el poder de las mineras: financias campañas de parlamentarios y se llevan todas las riquezas. Hay complicidad de los gobiernos de turno, del poder económico.
¿Y la salida la vez por donde?
– Somos los ciudadanos los únicos llamados a cambiar las condiciones que tenemos; difícilmente va a ser la clase política, porque está muy comprometida con la clase económica.
Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
Foto: David von Blohn
El Ciudadano