De nada ha servido el plan que el pasado mes de septiembre la compañía suiza Glencore impulsó en la mina de cobre Lomas Bayas para reducir su deuda e intentar mantenerla a flote a pesar del desplome de los precios de los metales.
Ayer la firma puso en venta la mina Lomas Bayas, situada en el desierto de Atacama, a 120 km al noreste de Antofagasta, productora de unas 75.000 toneladas de cátodos de cobre (o cobre refinado) al año.
Según informa Bío Bío, «las decisiones de Glencore para sanear sus cuentas no han conseguido hasta el momento tranquilizar a los inversores, y las acciones de Glencore han sufrido violentos sobresaltos en bolsa». Ni el aumento de capital, ni los recortes en las inversiones ni la venta de activos lograron rescatar la mina.
El medio detalla que el objetivo de la multinacional es reducir en 10.000 millones de dólares su deuda y situarla en torno a las 20.000 millones a finales de 2016. Sin embargo, explica que los inversores «temen una degradación de su calificación crediticia, lo que podría aumentar sus costes de financiamiento, un problema para este sector que necesita ingentes capitales».
En principio, la compañía no tiene previsto dar a concer los detalles de la operación a menos que se llegue a un acuerdo para la cesión de la minera.
La caída del precio de las materias primas también llevó a Glencore a tomar otras medidas de urgencia. A la venta de Lomas Bayas, se suma la de Cobar, en el estado australiano de Nueva Gales del Sur y que produce unas 50.000 toneladas anuales de concentrado de cobre. Además, la multinacional ha suspendido la producción en una mina de Zambia y en otra de la República Democrática del Congo, y anunció un recorte de un tercio de su producción anual de zinc, que afectará las operaciones del yacimiento de Iscayruz, en el centro de Perú, y a la mina de Lady Loretta en Australia.