Gobierno llora falta de dinero pero mantiene miles de millones de dólares en el extranjero

El gobierno ha venido argumentando desde hace meses del cambio de ciclo económico y de los menores recursos que tendrá el Fisco. La dureza con que ha tratado a los funcionarios del Registro Civil respecto a sus demandas salariales es una muestra de este estilo impuesto desde Hacienda. La verdad, levantada por economistas independientes, es que el Estado chileno tiene miles de millones de dólares en el extranjero en tanto se da el lujo de seguir subsidiando al cartel del confort y hace la vista gorda ante la elusión tributaria de las AFPs.

Gobierno llora falta de dinero pero mantiene miles de millones de dólares en el extranjero

Autor: paulwalder
Rodrigo Valdés, ministro de Hacienda

Rodrigo Valdés, ministro de Hacienda

El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet viene insistiendo desde julio pasado en que no hay dinero para cumplir con el programa de Gobierno ni para responder a diversas demandas sociales que hoy emergen con fuerza.

 

Extraña que el Gobierno decida derrotar a los trabajadores del Registro Civil, que llevan más de un mes en huelga, cuando la cifra que separa de un acuerdo es inferior a los dos millones de dólares.

Con la excusa de la austeridad, se ha restringido hasta niveles insospechados el compromiso de brindar educación pública, gratuita y de calidad, que llevó a la Concertación por la Democracia –hoy Nueva Mayoría- a La Moneda. De acuerdo al último recorte, sólo existirían 300 millones de dólares para comenzar a implementar la gratuidad. Para el sistema público de salud –que se cae a pedazos- poco y nada se ofrece.

 

Pero pese a la innegable complejidad que impone el fin del ciclo de alto precio de las materias primas, la verdad es que los recursos están, pero se malgastan para favorecer a grandes consorcios empresariales; o simplemente se prefieren mantener sin uso engordando el Tesoro de Estados Unidos.

 

Austeridad ficticia

 

El lunes 6 de julio, cuatro días antes que la presidenta Michelle Bachelet anunciara  la cancelación de su programa original de gobierno e instalara el confuso eslogan de “realismo sin renuncia”, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, daba cuenta que Chile entraba en un periodo de vacas flacas.

 

En el marco de su exposición sobre la Evaluación de la Gestión Financiera del Sector Público en 2014 y la Actualización de Proyecciones para 2015, emitida ante la Comisión Mixta de Presupuesto del Congreso Nacional, Valdés informó que la dependencia a su cargo había rebajado la proyección de crecimiento para este año de 3.6% a 2.5%.

También dio cuenta de una caída de 49,4% en los traspasos al fisco de la minera estatal Codelco –en relación con el año anterior- los que este año llegarían a sólo US$ 1.130 millones. Junto a este negativo escenario pintado por el ministro de Hacienda, los medios de derecha como El Mercurio y La Tercera ventilaron, por esos mismos días, otro antecedente poco halagüeño: La inversión privada ha disminuido en Chile en siete de los ocho últimos trimestres.

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La presidenta Bachelet recogió este diagnóstico cuando, en la sesión que el Consejo de Gabinete realizó el viernes 10 de julio, presentó el “segundo tiempo” de su gobierno: “Las restricciones nos imponen cuidar los equilibrios fiscales y que seamos capaces de reactivar la economía, porque sin crecimiento no hay reforma sustentable”.

Desde ahí en adelante comenzó una operación de rebaja en las expectativas populares que tiene su correlato en un restrictivo presupuesto para el 2016.

Sin embargo, la conclusión de que no hay recursos tiene severos detractores, que exponen cifras y argumentos. El abogado, economista y experto tributario Julián Alcayaga expresa en entrevista con El Ciudadano que “la plata está. Lo que pasa es que (el Gobierno) no quiere gastarla porque no le interesa el bienestar del pueblo”.

Éste economista fundamenta: “Chile tiene miles de millones de dólares que duermen en el extranjero y que podrían utilizarse ahora”. Alude específicamente al Fondo de Estabilización Económico Social (FEES) y al Fondo de Reserva de Pensiones (FRP), que en enero de 2014 acumulaban en conjunto 22 mil 754 millones de dólares.

Ricardo Ffrench-Davis, doctor en economía por la Universidad de Chicago y Premio Nacional de Ciencias y Humanidades, también subrayó la existencia de esos recursos en entrevista con la revista Caras, en su número de julio: “¡No nos asustemos con la baja del precio (del cobre)! Tenemos 20 mil millones de dólares, para cuatro o cinco años de mal precio del cobre”.

Alcayaga, quien es magister en informática y en organizaciones, asevera que una de las principales causas de que haya una menor recaudación fiscal se relaciona con un pecado original de la reforma tributaria de 2014. “Si bien subió el impuesto de primera categoría que pagan las empresas, de 20% a 25%, en forma escalonada, a la vez le bajó el impuesto a las personas más ricas, de 40% a 35%”. Detalla que alrededor de 25 mil personas pagan ese gravamen. “Entonces, lo que se ganó aumentando el impuesto de primera categoría se perdió al rebajarle el impuesto personal a los más ricos”.

Este economista dice que otro error que se cometió en dicha reforma fue que a las empresas mineras “no se les tocó ni con el pétalo de una rosa, en circunstancias en que son las mayores evasoras”.

Con la reforma tributaria se buscaba recaudar 8 mil 200 millones de dólares, que se destinarían básicamente a financiar la gratuidad en educación superior. Esta mayor recaudación se lograría sobre todo mediante la eliminación del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT), mecanismo contable que permite a los dueños de las empresas no pagar tributos por las ganancias del capital que no se retiran. Desde su creación –en 1984– el FUT ha provocado una evasión que en sus 30 años de existencia ha sido estimada en 280 mil millones de dólares.

Luego de que el 14 de mayo de 2014 la Cámara de Diputados aprobara el proyecto original del gobierno, que eliminaba el FUT, el entonces ministro de Hacienda, Alberto Arenas, “cocinó” junto con el economista de derecha Juan Andrés Fontaine y el senador Andrés Zaldívar una modificación a este plan, que lo diluyó completamente.

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Y los pocos avances recaudatorios que se lograron con la reforma hoy están siendo revisados por Hacienda, con un equipo de asesores estrechamente vinculados a los grandes consorcios económicos. Para conseguir esto, la derecha levantó una campaña comunicacional que llegó a comparar al Gobierno de la Presidenta Bachelet con el del Presidente Salvador Allende, en circunstancias que la Bachelet ha hecho un programa de transformaciones mínimos que en poco o nada puede compararse con la plataforma programática de la Unidad Popular.

Sin embargo, en esta construcción de la realidad han participado grandes medios –como El Mercurio y La Tercera- y conocidos columnistas como Patricio Navia y Carlos Peña, quienes han coincidido en señalar que el problema de Bachelet es haber pretendido hacer muchos cambios en un corto tiempo.

Al respecto, Ffrench Davis expresó a Caras: “Estoy de acuerdo con el mensaje de que tenemos que recuperar crecimiento, pero hay una contradicción cuando se dice que para lograrlo tenemos que dejar de hacer las transformaciones y que hay que deshacer la reforma tributaria. ¡No! Hay que corregir la reforma tributaria para que recaude más, no para que recaude menos”.

Perdonazo a las AFP, favores a los Matte

Lo que hace más inverosímil las excusas del Gobierno en torno a una eventual falta de recursos, es el increíble perdonazo que la Superintendencia de Pensiones dio a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) Provida y Cuprum. Estas, mediante fusiones con empresas de papel, consiguieron ahorrarse el pago de más de 400 millones de dólares en impuestos.

Así lo hizo ver el senador Alejandro Navarro en un tuit de 4 de noviembre: “Mientras la Super de Pensiones aprueba elusión de 280 mil millones para AFP Cuprum y Provida, nos dicen que no hay plata para salud. Es cruel”.

Por otra parte, el Ejecutivo impulsa en el Congreso la aprobación de la prórroga al DL 701 de subsidio forestal, que favorece específicamente a los grupos Matte y Angelini, que tanto daño han causado en el sur de Chile con sus monocultivos de pino y eucaliptus, y que figuran entre los más ricos de Chile y el mundo. Chile le ha transferido por esta vía a los Matte –hoy ampliamente cuestionados por “la colusión del confort”- 870 millones de dólares.

Todo esto demuestra que hay dinero pero falta voluntad política para favorecer a los más humildes y para promover un cambio de modelo que nos separe del neoliberalismo concentrador de riquezas que impera desde el golpe militar de 1973.

 


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