La enmarañada historia de como el ex yerno del dictador se constituyó en uno de los principales grupos económicos chilenos dará en el futuro para seriales de televisión o rocambolescas novelas. Por mientras hay quienes están haciendo el trabajo histórico de recopilación de fuentes y organización del panorama que da cuenta de cómo lo que fue la Sociedad Química de Chile (Soquimich), se transformó a partir de su venta por un ex-gerente, en SQM, unas de las empresas reconocidas por su historial de corrupción de la política chilena.
Lo que hasta el momento había sido un esfuerzo de periodistas hoy comienza a ser un tema para historiadores, como la reciente publicación de Alejandro Carrasco Luna ‘SOQUIMICH. El negocio del litio y el financiamiento irregular de la política (1968-2017)’, publicado recientemente por LOM Ediciones.
El libro de Alejandro Carrasco Luna surge a partir de su tesis de Magíster en Historia de la Universidad de Santiago de Chile, siendo sus focos de interés la forma en que actores empresariales capturan el Estado, conflictos socioambientales, la industria del litio y la apropiación de recursos naturales.
La obra viene a sumarse a las investigaciones pioneras hechas por periodistas que marcaron el mapa y dieron cuenta de los hilos que tejieron el poder económico y político de Julio Ponce. Destacan así las pesquisas de los periodistas Víctor Osorio e Iván Cabezas (Los hijos de Pinochet, 1995); María Olivia Mönckeberg (El Saqueo de los Grupos Económicos al Estado chileno, 2001) y de Víctor Cofre (Ponce Lerou: Pinochet. El litio. Las cascadas. Las platas políticas, 2019).
Ya antes, Carrasco publicó artículos examinando el actuar de Minera Los Pelambres en la cuenca del Río Choapa y sobre el carácter estratégico del litio en la actual pugna de las megapotencias globales para asegurar fuentes y cadenas de suministros.
Alejandro Carrasco Luna
Hoy SQM vuelve a ser tema de debate público porque la concesión de explotación del litio en el Salar de Atacama que vence en el año 2030 – que según el contrato hasta el momento vigente con Corfo, debe devolver la capacidad industrial instalada al patrimonio público- podría ser renovada hasta el año 2060 a través de un acuerdo negociado tras bambalinas con Codelco y que fue dado a conocer recientemente.
Desde una perspectiva histórica ¿qué consideras se acaba legitimando con el reciente acuerdo entre SQM y Codelco que renueva hasta el año 2060 la explotación del litio en el Salar de Atacama?
– Este Memorándum entre Codelco y SQM tiene, entre otras, dos consecuencias políticas. Lo primero es legitimar las prácticas irregulares de la empresa más delictual de los últimos años. Y, en segundo término, siendo peor aún, quien legitima todo esto no es ni Piñera ni un gobierno de la Concertación, sino que el Frente Amplio y el Partido Comunista. Estos sectores fueron profundamente críticos de la impropia relación entre el empresariado y la clase política. Con este memorándum, inauguran su amistad con SQM. Existían argumentos históricos y políticos para haber avanzado hacia un control total del paquete accionario de SQM. ¿Por qué no haber concretado el juicio político e histórico en una expropiación total? Pensándolo no como un fin, sino como un medio.
Una premisa de tu investigación parte con la noción de captura del Estado, desarrollada por Francisco Durán para el caso de Odebrecht en Perú ¿podrías contarnos cómo se puede terminar aplicando esa idea en el caso de SQM en Chile?
– En Chile, más que una captura, diría que hay una profunda influencia sobre distintas dimensiones del Estado. Si durante los primeros años de la postdictadura, SQM logró influir sobre el Estado, firmando contratos especiales con la Corfo, cuyas condiciones eran inmejorables, el poder económico construido en base a la extracción de diversos recursos minerales, específicamente del litio desde la segunda mitad de los noventa, le posibilitó a SQM, configurarse como un actor con una profunda capacidad de influir y proyectar en los marcos del Estado, sus variados intereses. Así lo expresan diversas coyunturas que de manera más o menos intensa, dan cuenta de las dinámicas desplegadas por SQM para proponer leyes que los beneficiaran u obstaculizarlas para el caso contrario, financiar de manera irregular a casi la totalidad del espectro político partidario además de diversos centros de pensamiento, ejercer presiones sobre instituciones como la Superintendencia de Valores y Seguros, el Servicio de Impuestos Internos, o la Fiscalía, con el fin de obstaculizar diversos procesos indagatorios y judiciales cuyos resultados serían perjudiciales. Todo ello, operando en una zona gris, oscilando entre los márgenes de lo legal e ilegal.
EL LITIO COMO MINERAL ESTRATÉGICO
En tus investigaciones consideras el litio no sólo como un metal, sino que llamas a volver a discutir el lugar del litio en las teorías de desarrollo ¿podrías explayarte en este punto?
– Uno de los conceptos interesantes que podemos rescatar de la tradición latinoamericana sobre el desarrollo, es la “planificación”. Necesitamos volver a hablar de planificación, de un plan que constituya en torno al litio una industria competitiva que nos permita erosionar nuestra posición periférica en el sistema-mundo, cuestión que, además, posicionaría a la región como un actor clave a la hora de orientar una transición energética justa y democrática que no responda sólo a las necesidades del Norte Global. No pueden ser nuestros salares zonas de sacrificio para una transición de los países más ricos. Pero todo lo anterior es muy difícil si no existen niveles de articulación e integración regional, sobre todo entre los países que componen el llamado “triangulo del litio”, es decir, Argentina, Bolivia y Chile. Los capitales estadounidenses y chinos se aprovechan de la desarticulación existente y los países latinoamericanos, en vez de cooperar, terminan compitiendo entre ellos para ofrecer las mejores condiciones posibles a las grandes potencias.
¿Qué elementos distingues en la consolidación de SQM como la empresa que conocemos hoy?
– Lo primero que salta a la vista es la figura clave de Julio Ponce Lerou y las distintas posiciones de poder que ocupo en empresas pertenecientes a la Corfo durante la Dictadura cívico-militar. Esto le permitió construir redes de poder y acceder a información privilegiada y capacidad decisional para hacerse de SQM. Segundo, la existencia de una dependencia económica y geográfica; económica por que su actividad extractiva estaba en su totalidad ligada a los nitratos y al litio. Y geográfica porque, a diferencia de otras grandes empresas mineras, su actividad productiva se encuentra fuertemente localizada en suelo nacional. Ambos factores se traducen en que, para SQM, su increíble negocio era al mismo tiempo el único que le permitía existir. Precisamente por lo anterior, en tercer lugar, tuvo que avanzar de manera mas profunda e imprudente en una relación con todo lo espectro político nacional. Tenía que defender las posibilidades de mantener su riqueza a toda costa.
En el libro describes que el mecanismo usado por Julio Ponce para hacerse del control de SQM fue el de ventas por goteo de sus acciones. ¿puedes detallarnos un poco más sobre dicha fórmula?
– En 1988, ya siendo parte del directorio y con el objetivo de hacerse del control total de Soquimich, Julio Ponce Lerou desplegó junto a su estrecha red, una compleja estructura de inversiones conocida como “las cascadas”. Básicamente son sociedades o empresas “de papel” que a su vez son las principales accionistas de la empresa. Este mecanismo de inversión permite controlar indirectamente un activo o empresa, invirtiendo una fracción de dinero mucho menor de la que se necesitaría para adueñarse directamente de dicho activo. Aquí un ejemplo gráfico: una sociedad A controla el 51% de una sociedad B, luego la sociedad B es dueña del 51% de C, la que a su vez posee el 51% de D, la que finalmente tiene un 51% de la sociedad E. De esta forma, la sociedad A tiene el control de todas las sociedades, pero en estricto rigor, solo posee el 6,75% de la sociedad E. Básicamente se trataba de controlar Soquimich de forma indirecta y con los recursos mínimos necesarios. El arquitecto de esta estructura de inversiones fue Roberto Guzmán Lyon, amigo y abogado personal de Julio Ponce Lerou, quien una vez destapada la arista SQM, fue condenado por delitos tributarios.
También desde una perspectiva histórica: ¿cómo ha sido la relación entre SQM y las comunidades que habitan las zonas que ellos explotan?
– La relación entre ambas partes ha sido contradictoria. Por una parte, digamos que SQM y todas las empresas dedicadas a la extracción de recursos naturales, han desarrollado durante las últimas décadas prácticas de intervención y financiamiento a las comunidades para lograr su apoyo total o dividir al movimiento opositor. Por otra parte, existe un largo prontuario de irregularidades ambientales por parte de SQM. En sus diversos proyectos extractivos y a lo largo de su historia han sido acusados y denunciados por producir mas de lo permitido y por extraer mas agua de la permitida, dejando ríos y por tanto a las comunidades aledañas en medio de una grave crisis hídrica. Ahora último, con la firma del memorándum de entendimiento, diversas comunidades de la región de Atacama ya están denunciando y desplegando acciones de protesta, acusando que esta negociación, además de realizarse a espaldas de las comunidades sin una consulta vinculante, consolidará el daño ambiental sobre los ecosistemas de los que su vida depende.
Mauricio Becerra R.
El Ciudadano
FICHA LIBRO:
Alejandro Carrasco Luna. SOQUIMICH. El negocio del litio y el financiamiento irregular de la política (1968-2017). LOM Ediciones, Santiago, 2023.